miércoles, 5 de marzo de 2008

El boxeo boricua regresa a sus raíces


Mientras el boxeo profesional se tambalea y cada vez pierde más credibilidad a nivel mundial, en Puerto Rico reverdece con la aplicación de una fórmula que ya fue ganadora en el país. Me refiero a la celebración de carteleras en las que la promoción de las peleas estelares se concentra en púgiles de diferentes sectores y con posibilidades reales de triunfo.En la inmensa mayoría de las peleas del profesionalismo de antemano se sabe quién va a ganar. Casi siempre son peleas disparejas que se montan para engordar la marca de uno de los púgiles, por lo general ligados promocionalmente al promotor de la cartelera. Aunque en Estados Unidos y Puerto Rico oficialmente está prohibido que los promotores sean manejadores, abierta y descaradamente violentan esa reglamentación. Por ejemplo, Don King es promotor y la mayor parte de los púgiles que pelean en sus carteleras son manejados por su hijo Carl. Algo similar sucede con la empresa Top Rank, donde el promotor es Bob Arum y el manejador es su hijastro Todd Debauf. En otras ocasiones, los promotores mantienen onerosas ataduras con sus peleadores aunque no sean sus manejadores.Durante la década del setenta, en Puerto Rico se desarrolló lo que se conoció como Boxeo Caliente, en el que se pareaban púgiles con posibilidades reales de victoria. Aunque hubo críticas porque se les dañó el récord a jóvenes prometedores, que pudieron seguir escalando posiciones ante rivales inferiores, los espectáculos eran respaldados masivamente por el público que fue construyendo sus mimados, en vez de recibirlos por medio de campañas promocionales.Por eso, mientras en Estados Unidos las asistencias promedio a las carteleras de boxeo profesional siguen bajando y cada vez se depende más de los ingresos y promoción de las grandes cadenas de televisión, especialmente por paga, en Puerto Rico es al revés. La principal responsable de ese resurgir en la isla es la compañía promotora Puerto Rico Best Boxing, que manejan los hermanos Peter e Iván Rivera. Sería iluso si no reconociera que la empresa trata de empujar a los boxeadores que tiene bajo contrato, pero en vez de protegerlos echándoles rivales inferiores, cada vez más los colocan ante púgiles con posibilidades reales de victoria.La otra parte de la fórmula es ubicar en las peleas preliminares a púgiles procedentes de diferentes sectores, pueblos o regiones del país. El resultado ha sido que prácticamente cada una de sus peleas genera cientos de seguidores incondicionales, muchas veces llevados a las instalaciones en guaguas de los municipios provistas por los alcaldes de los mismos.Luego de haber probado con éxito enorme esa fórmula en carteleras pequeñas o medianas en el Coliseíto Pedrín Zorrilla, los hermanos Rivera se lanzan de lleno con el mismo concepto, pero en instalaciones grandes. Lo ocurrido en Caguas hace dos semanas fue una explosión, que posiblemente se fue por encima de los pronósticos más optimistas. En una noche en que no hubo peleas de campeonato mundial, ni trajeron rivales del exterior con récords perdedores, el público explotó la cancha Solá Bezares en una cartelera que también se vendió muy bien en el sistema de pague para ver (pay per view).
Esa noche la pelea estelar era la confrontación entre dos de los mejores prospectos boricuas del momento, a su vez atados promocionalmente a dos de las empresas más poderosas del boxeo mundial. Mientras Juan Manuel López forma parte de Top Rank de Bob Arum y mantiene relaciones con los hermanos Rivera, su rival Jonathan Oquendo es el único boricua firmado por la empresa Golden Boy Promotions de Oscar de la Hoya.Además de la calidad probada y reconocida internacionalmente de los estelaristas, cada uno de ellos movió cientos de seguidores de sus respectivos gallineros. Juanma es de Caguas y Jonathan de Vega Alta. Mucha gente pensaba que era una pelea potencialmente mala para los dos, pues ambos podrían lastimarse, aparte de dañar el récord al perdedor. En un desenlace algo sorpresivo, Juanma arrolló a su rival, lo que lo ubicó a las puertas de una pelea por el título mundial de las 122.La mayor parte de las peleas preliminares fueron emotivas y reñidas, pues fueron entre púgiles con récords similares y procedentes de diferentes parte de la Isla, por lo que contaron con el respaldo incondicional de los suyos.En la semiestelar de la cartelera también pelearon los excampeones mundiales boricuas Nelson Dieppa y Alex “El Nene” Sánchez. Aunque los apostadores favorecían a Dieppa, el margen era muy estrecho, lo que confirmaba que era una pelea pareja. Dieppa dominó con facilidad, Tras el éxito rotundo de la cartelera, la PR Best Boxing de inmediato anuncia una especie de continuación, que será el 5 de abril, esta vez en el Coliseo Roberto Clemente. En la pelea estelar Dieppa retará a Iván Calderón, campeón mundial minimosca (108 libras) de la Organización Mundial de Boxeo, OMB. Pero ésa no será la única pelea de importancia y potencialmente pareja, pues se anuncia el retorno en Puerto Rico del excampeón mundial Eric Morel (36-2), quien enfrentará al olímpico Carlos Valcárcel (9-1-1), quien necesita urgentemente darle un vuelco a su carrera que se mantiene patinando.También se asegura que pelearán los prospectos vinculados a la PR Best Boxing, Rocky Martínez, Marcos “El Tigre” Jiménez y Max Rivera, entre otros, todos ante rivales de calidad.En los próximos días se brindarán más detalles de la cartelera. Sin embargo, lo que se nota desde ya es que la misma mantiene el concepto que resultó exitoso hace treinta años y que todavía cuenta con el respaldo de la fanaticada del boxeo… caliente.

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