El mexicano Oscar Chololo Larios conquistó el cetro interino pluma del CMB el sábado, al remotar la pelea y detener a un sorpresivo colombiano Feider Viloria, quien tras despojarse de su "piel de oveja" y ponerlo en predicamentos, terminó cayendo por nocaut al inicio del quinto round.
Larios, favorito para ganar el pleito por su larga trayectoria, sufrió mucho más de lo que se esperaba, pues fue superado en al menos tres de los primeros cuatro rounds completos, pero terminó devolviéndole la sorpresa al colombiano al inicio del quinto acto, donde lo noqueó a los 24.
En ese quinto capítulo, tras arrinconar al "cafetero" en las cuerdas, lo impactó repetidamente en el rostro para hacerlo retroceder en mal estado.
Al ver esto, el réferi Curtis Trasher, en lo que pareció una intervención un poco precipitada, interrumpió las acciones y, tras dudar, volvió a ver a Viloria, tras lo que decidió decretar el nocaut técnico.
Segundos antes del quinto rollo, los tres jueces, quienes no fueron identificados, dieron en sus tarjetas 37-39 (Viloria), 39-37 (Larios) y 38-38. La tarjeta de Notimex tenía arriba 39-37 al sudamericano.
Desde el inicio del combate, ambos aspirantes al cetro vacante salieron a dar espectáculo, aunque Viloria, hasta el inicio del cuarto round sacó los mejores dividendos, con base en su mayor velocidad y táctica de nulificar al Chololo con amarres al entrar en terreno corto.
En el segundo, Larios hizo trastabillar al colombiano con gancho de izquierda al iniciar el asalto, aunque Viloria recuperó el dominio y con su misma táctica dejaba a Larios incapaz de hacerle daño, pese a su incesante, pero hasta entonces estéril ofensiva.
Decidido, constante, Larios siguió hacia delante, aunque era recibido por los incesantes jabs y rectos de su antagonista, quien con ganchos y uppers con ambas manos y con cambios momentáneos de guardia, desconcertaba a un Larios que seguía sin hallarle la "cuadratura al círculo".
El colombiano fue constantemente amonestado por el tolerante estadunidense Trasher, quien al menos tres veces lo reconvino por dar golpes en la nuca (golpes de conejo), pero siguió con su labor de disminuir al mexicano que, por su lado, no dejó de atacar con el sustento de una impecable condición física.
Al inicio del quinto, Larios inició fuerte y eslabonó una ofensiva que lo condujo al triunfo, dejando la duda de qué habría pasado si no la hubieran detenido.
La esquina de Viloria protestó airadamente el fin de la pelea y se enfrascó en un momentáneo pleito verbal con sus similares mexicanos.
Para Larios, la de esta noche fue su victoria 63, con 35 nocauts, a cambio de seis derrotas y un empate, mientras Viloria quedó en 21 triunfos, 15 antes del límite, con tres derrotas y un empate.
El mexicano conquistó así el cetro interino en su segunda intentona, tras ser batido el año pasado en Las Vegas por el venezolano Jorge Linares, quien tras lesionarse y no poder enfrentar a Viloria, permanece como campeón mundial en receso.
En otro resultado, el yucateco Gustavo "Guty" Espadas Jr,, en lo que posiblemente fue la mejor actuación de su carrera, hizo trizas al japonés Naoki Matsuda y se adjudicó el derecho de ir por la corona pluma de Linares, al ganar por nócaut al 1:06 minutos del segundo round.
Espadas, aplomado, pleno boxística y fisicamente, pese a casi 16 años de actividad, derribó en el primero a Matsuda con un gancho de izquierda, del que aparenetemente el asiático no se recuperó.
Luego de recibir el primer golpe del pleito, Espadas, hizo uso de su gran distancia tras varias peleas en las que se había visto mal, derribó al japonés, al que en el segundo lo cazó con un cruzado de derecha que lo depositó en el tapiz, de donde se paró en aparente buen estado, aunque sacudiendo sus piernas de rara manera.
El réferi José Cobián, tras verlo de cerca, decidió poner fin a la pelea y así abrirle el paso al yucateco a un nuevo intento por la corona mundial pluma que poseyó entre 2000 y 2001.
Espadas mejoró a 42 triunfos con 27 nocauts por siete derrotas, mientras el nipón, quien no perdía desde 2002, terminó con 28 éxitos, ahora ocho reveses y tres empates.
La función se escenificó en el centro de convenciones de esta ciudad fronteriza, ante una audiencia de unas tres mil personas.
Larios, favorito para ganar el pleito por su larga trayectoria, sufrió mucho más de lo que se esperaba, pues fue superado en al menos tres de los primeros cuatro rounds completos, pero terminó devolviéndole la sorpresa al colombiano al inicio del quinto acto, donde lo noqueó a los 24.
En ese quinto capítulo, tras arrinconar al "cafetero" en las cuerdas, lo impactó repetidamente en el rostro para hacerlo retroceder en mal estado.
Al ver esto, el réferi Curtis Trasher, en lo que pareció una intervención un poco precipitada, interrumpió las acciones y, tras dudar, volvió a ver a Viloria, tras lo que decidió decretar el nocaut técnico.
Segundos antes del quinto rollo, los tres jueces, quienes no fueron identificados, dieron en sus tarjetas 37-39 (Viloria), 39-37 (Larios) y 38-38. La tarjeta de Notimex tenía arriba 39-37 al sudamericano.
Desde el inicio del combate, ambos aspirantes al cetro vacante salieron a dar espectáculo, aunque Viloria, hasta el inicio del cuarto round sacó los mejores dividendos, con base en su mayor velocidad y táctica de nulificar al Chololo con amarres al entrar en terreno corto.
En el segundo, Larios hizo trastabillar al colombiano con gancho de izquierda al iniciar el asalto, aunque Viloria recuperó el dominio y con su misma táctica dejaba a Larios incapaz de hacerle daño, pese a su incesante, pero hasta entonces estéril ofensiva.
Decidido, constante, Larios siguió hacia delante, aunque era recibido por los incesantes jabs y rectos de su antagonista, quien con ganchos y uppers con ambas manos y con cambios momentáneos de guardia, desconcertaba a un Larios que seguía sin hallarle la "cuadratura al círculo".
El colombiano fue constantemente amonestado por el tolerante estadunidense Trasher, quien al menos tres veces lo reconvino por dar golpes en la nuca (golpes de conejo), pero siguió con su labor de disminuir al mexicano que, por su lado, no dejó de atacar con el sustento de una impecable condición física.
Al inicio del quinto, Larios inició fuerte y eslabonó una ofensiva que lo condujo al triunfo, dejando la duda de qué habría pasado si no la hubieran detenido.
La esquina de Viloria protestó airadamente el fin de la pelea y se enfrascó en un momentáneo pleito verbal con sus similares mexicanos.
Para Larios, la de esta noche fue su victoria 63, con 35 nocauts, a cambio de seis derrotas y un empate, mientras Viloria quedó en 21 triunfos, 15 antes del límite, con tres derrotas y un empate.
El mexicano conquistó así el cetro interino en su segunda intentona, tras ser batido el año pasado en Las Vegas por el venezolano Jorge Linares, quien tras lesionarse y no poder enfrentar a Viloria, permanece como campeón mundial en receso.
En otro resultado, el yucateco Gustavo "Guty" Espadas Jr,, en lo que posiblemente fue la mejor actuación de su carrera, hizo trizas al japonés Naoki Matsuda y se adjudicó el derecho de ir por la corona pluma de Linares, al ganar por nócaut al 1:06 minutos del segundo round.
Espadas, aplomado, pleno boxística y fisicamente, pese a casi 16 años de actividad, derribó en el primero a Matsuda con un gancho de izquierda, del que aparenetemente el asiático no se recuperó.
Luego de recibir el primer golpe del pleito, Espadas, hizo uso de su gran distancia tras varias peleas en las que se había visto mal, derribó al japonés, al que en el segundo lo cazó con un cruzado de derecha que lo depositó en el tapiz, de donde se paró en aparente buen estado, aunque sacudiendo sus piernas de rara manera.
El réferi José Cobián, tras verlo de cerca, decidió poner fin a la pelea y así abrirle el paso al yucateco a un nuevo intento por la corona mundial pluma que poseyó entre 2000 y 2001.
Espadas mejoró a 42 triunfos con 27 nocauts por siete derrotas, mientras el nipón, quien no perdía desde 2002, terminó con 28 éxitos, ahora ocho reveses y tres empates.
La función se escenificó en el centro de convenciones de esta ciudad fronteriza, ante una audiencia de unas tres mil personas.
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