martes, 9 de diciembre de 2008

Doble mala imagen


No sólo fue patética la imagen dejada por Oscar De La Hoya ante Manny Pacquiao, el sábado último en la arena del hotel MGM Grand de Las Vegas.
López demolió a Medina
Aún peor fue lo del argentino Sergio Rocky Medina, a quien Juan Manuel López derribó tres veces en el primer asalto habiendo lanzado sólo nueve golpes. Así el puertorriqueño conservó fácilmente su faja de los supergallos de la OMB.
Nadie discute el tremendo poderío de Juanma, eso está claro. Pero la actuación de Medina dejó muchas dudas, ya que no sólo se quedó estático sobre las cuerdas, sin ninguna reacción, sino que los golpes que recibió no dieron la impresión de ser tan poderosos como para derribarlo y, mucho menos, para acabar con él.
Una vergüenza para el boxeo argentino, al que tanto le cuesta acceder a combates de primer nivel. Con papelones como éste, se ve deteriorado el trabajo y esfuerzo realizado por púgiles como Jorge Barrios, Carlos Baldomir, Hugo Garay, Sergio Martínez, Omar Narváez, Marcos Maidana o Juan Carlos Reveco, entre otros.
En cuanto a López, obviamente no tiene la culpa del bulto que le pusieron por delante. Pero con su nivel, ya está para cosas grandes, como duelos ante los mexicanos Rafael Márquez e Israel Vásquez o el panameño Celestino Caballero.
Gran sorpresa causó la deserción del colombiano Ricardo Torres de su tercer y definitivo combate ante el estadounidense Kendall Holt, campeón de los superligero de la OMB, que se iba a realizar este sábado en Atlantic City.
A través de la prensa colombiana se supo que el Mochuelo decidió no combatir, ya que no llegaría a dar las 140 libras. Algunos aseguran que una enfermedad (no se revelaron más detalles) le impidió al colombiano entrenar con normalidad en las últimas semanas, por lo cual se produjo un atraso en su plan de reducción de peso.
Lo cierto es que a partir de ahora la carrera de Torres será muy cuesta arriba, ya que estas acciones no están acordes con el primer nivel de competición ni, mucho menos, con los enormes intereses que hay en juego.
Recordemos que Torres había derrotado a Holt en Colombia (septiembre del año pasado), pero luego, en la revancha, Holt había noqueado al colombiano en el primer asalto, en julio pasado, en Las Vegas. En ambas ocasiones, reinó la polémica por la forma en que se detuvieron las peleas.
En reemplazo de Torres peleará Demetrius Hopkins, sobrino de Bernard Hopkins, ante Holt.
Tremenda pelea se está gestando --aunque aún las negociaciones están en su primera etapa-- en Panamá y México, ya que el campeón de los gallos de la AMB, el canalero Anselmo Moreno podría medirse ante el azteca Cristian Mijares.
Los promotores de Mijares (recientemente noqueado por Vic Darchinyan) realizaron una oferta a los manejadores del Chemito para realizar el combate en Los Ángeles o México, en marzo próximo.
El viernes pasado, en Florida, el mexicano Saúl Canelo Álvarez dio otra muestra de su poderío al noquear en la primera vuelta al duro pegador colombiano Raúl Pinzón.
Álvarez, de sólo 18 años de edad, está considerado una gran promesa en el peso welter y, poco a poco, lo está probando en los Estados Unidos.
Sigue siendo incierta la situación del pegador venezolano Edwin Valero, quien se supone que debe enfrentar al colombiano Antonio Pitalúa, en una eliminatoria del peso ligero del CMB.
Sorprendentemente, Valero se desvinculó de su promotor japonés Akihiko Honda y está tratando de firmar con alguno en los Estados Unidos.
Hasta el momento, tanto Golden Boy Promotions como Top Rank no se mostraron interesados, y el único que lo ha hecho es Lou Di Bella, que por cierto está lejos de ser un promotor grande.
De todos modos, parece que el combate ante Pitalúa no se producirá, ya que no hay mucho dinero en juego allí y Valero prefiere elegir rumbos mucho más lucrativos.
Por cierto, Valero guanteó con De La Hoya y le dejó un ojo morado, lo cual le valió al venezolano el pasaporte de salida de Big Bear al día siguiente. Al dejar el campo de entrenamiento, Valero predijo que Pacquiao se impondría por nocaut, ya que, según él, "a Oscar no le gusta entrenar en serio".

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