domingo, 13 de enero de 2008

EL EX PIVOT DEL REAL MADRID, KASPERS KAMBALA, DEBUTÓ EN EL BOXEO PROFESIONAL.


Kaspars Kambala nunca fue un tipo corriente. El letón aterrizó en el Real Madrid en el verano de 2003 con el cartel de salvador, una estrella para el juego interior. Quizá el mejor pívot en el uno contra uno de Europa. La campaña anterior había asombrado con una actuación colosal frente el Barça, al que metió 41 puntos con la camiseta del Efes turco. En Madrid estuvo un año y se marchó. Su última imagen de blanco fue a la gresca con el entonces estudiantil Felipe Reyes. En España tuvo más de un roce dentro y fuera de la cancha.
En diciembre de 2006 se conoció que había dado positivo por cocaína en un control con el Fenerbahçe. Dos años de sanción y una carrera que se extinguía. Unos meses antes fallecía su hermano Kristars víctima del cáncer. Al letón, conocido en su época universitaria como Míster Anabolizante por su extraordinaria musculatura, siempre le gustaron las peleas y ha encontrado en el boxeo una salida a su difícil situación. "Ali fue el mejor y admiré a Larry Holmes", dice. Tras un par de combates ganados como amateur, el viernes debutó como profesional en un duelo nulo ante Álvaro Morales en Las Vegas, donde se formó como jugador en la Universidad de Nevada Las Vegas. Pese a su origen letón, Kambala vuelve a casa. Ya es un boxeador de los grandes, por tamaño, claro, 2,06 m y más de 120 kilos. "Si te engancha, no sigues ahí", dice un sparring que le sufrió. "En unos meses, pocos le aguantarán. Será alguien", dice su entrenador, Richard Steele. Una lesión le frenó en su debut, pero volverá al ring en un mes.