jueves, 25 de diciembre de 2008

Margarito peleará con el corazón


El campeón welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Antonio Margarito, afina ya los últimos detalles para el combate ante Shane Mosley.
En el programa Pasión W, de la cadena Estadio W, Margarito señaló que este 2008 fue un buen año, tanto en lo personal como en lo profesional, y dijo estar preparándose y trabajando para que este 2009 sea mucho mejor.
El próximo 24 de enero, el mexicano se medirá ante el estadounidense para intentar retener este título y aunque está convencido de que este no será un duelo sencillo, pues Mosley es un peleador de experiencia y para vencerlo, peleará "con el corazón como siempre y a meter mucha presión, yo creo que estamos trabajando muy bien en el gimnasio y no hay por qué tener problema".
Para concluir, se le cuestionó acerca de la actuación de Óscar de la Hoya ante Manny Pacquiao, a lo que respondió que si el México-norteamericano sentía "poquita vergüenza, no debe regresar a los cuadriláteros".

JUAN MANUEL MÁRQUEZ VS. JUAN DÍAZ, LISTO PARA EL 28 DE FEBRERO



En el 2008, el icono mexicano Juan Manuel "Dinamita" Márquez solidificó su lugar en la elite de boxeo mundial, y se convirtió en el peleador número 1 del boxeo azteca tras noquear al legendario púgil cubano Joel Casamayor, capturando su tercera faja mundial en distintas categorías. Pero como el 2009 ya está a la vuelta de la esquina Márquez no se dormirá en sus laureles al aceptar el reto del ex triple campeón mundial Juan "Torito" Díaz para el sábado 28 de febrero, en lo que promete ser una tempranera candidata a Pelea del Año.
"Esta pelea entre Juan Manuel Márquez y Juan Díaz sacudirá la división de peso ligero hasta lo más profundo y determinará realmente a los mejores de las 135 libras en el mundo", dijo Óscar de la Hoya, presidente de Golden Boy Promotions. "Como fanático no puedo esperar para ver este combate", enfatizó.
Márquez vs. Díaz, pelea a 12 rounds por el cinturón mundial ligero del Ring magazine, es presentada por Golden Boy Promotions y será televisada en vivo por HBO en su programa World Championship Boxing, iniciando a las 10:00 p.m. ET / 7:00 p.m. PT.
Juan Manuel Márquez (49-4-1, 36 nocáuts), el mejor peleador actualmente de México y futuro Salón de la Fama de Boxeo, ha demostrado su excelencia en esta viril actividad por más de 15 años y en tres categorías. Monarca mundial en peso pluma y superpluma, el oriundo de la Ciudad de México y de 35 años de edad, tuvo un impacto mayúsculo en las 135 libras el pasado 13 de septiembre de 2008 cuando capturó el cinturón mundial ligero del Ring magazine, y de paso se convirtió en el primer peleador en noquear al legendario púgil cubano Joel Casamayor.
"Juan Díaz es un joven peleador talentoso con un brillante futuro", dijo Márquez. "Pero estoy pasando por el mejor momento de mi carrera, y no permitiré por nada del mundo que me arrebate el cinturón", aseveró.
Actualmente con 25 años de edad, Juan Díaz (34-1, 17 nocáuts) tenía nueve años cuando Márquez realizó su debut profesional, y durante sus ocho años como profesional construyó una brillante reputación como una de las más apasionantes jóvenes estrellas. El ex triple campeón mundial ligero defendió su corona siete veces, derrotando a los mejores como Acelino "Popo" Freitas y Julio "The Kid" Díaz. En su última pelea del pasado 6 de septiembre de 2008, el "Torito" emocionó a los aficionados de su ciudad natal en el Toyota Center con una victoria en 12 giros sobre el guerrero australiano Michael Katsidis.
"Juan Manuel [Márquez] es uno de los grandes en el boxeo y es un honor enfrentarle, pero voy a salir victorioso el próximo 28 de febrero", pronosticó Díaz.

La sede para Márquez vs. Díaz se anunciará en breve.

"EL ROBO DEL SIGLO"


El manager y promotor Wilfried Sauerland celebró recientemente su 30 aniversario en el boxeo. Sauerland comenzó la promoción en Zambia, pero fue en 1.980 cuando las estrellas amateur Rene Weller y Manfred Jassman decidieron pasar a profesional a través de su firma, logrando revivir el boxeo de pago en Alemania. Weller conquistó el título ligero de la EBU, convirtiéndose en una gran estrella a la vez que Ralf y Graciano Rocchigiani, llegando finalmente, a principios de los 90, el gran éxito de Sauerland con Henry Maske, que se hizo una superestrella y llevo el boxeo en Alemania a un nivel diferente. Otros púgiles que han llevado su empresa “Sauerland Event” a tener una mayor representación en la escena han sido Arthur Abraham y Marco Huck. Hasta aquí la historia de éxito deportivo y económico de uno de los más grandes promotores del Viejo Mundo. Hace unos meses, cuando se confirmó que Ruslan Chagaev sufría una lesión que le tendría alejado de los cuadriláteros, surgió de nuevo el eterno problema de los organismos en épocas recientes. La solución de la W.B.A. fue lo salomónica y discutible de costumbre: declarar al uzbeco como campeón “en receso” y organizar una pelea entre dos ex campeones: Nikolay Valuev y John Ruiz, para declarar campeón al vencedor, ojo, no interino, sino campeón “regular” del organismo que preside el ínclito Gilberto Mendoza, con la única cláusula de tener que defender la corona contra Chagaev, cuando este se recuperase. El caso es que Valuev venció al mediocre Ruiz, aunque el “Team Ruiz” enviase una protesta formal a la W.B.A. por lo que ellos consideraron una injusta decisión de los jueces. De esta manera, el “viejo” Evander Holyfield, cuatro veces campeón del mundo de los pesos pesados, volvía a tener una oportunidad de hacer historia, tras no conseguirlo un año antes, en Moscú, ante Sultan Ibragimov, que le derrotó justamente a los puntos. Sauerland, en co-promoción con Don King, se avino a organizar una pelea indudablemente mediática, aunque discutida desde todos los rincones del planeta, por la edad del estadounidense, que ya sufrió la prohibición de la Comisión Atlética de Nueva York, hace varios años, por considerar que padecía de derrames cerebrales. Se ubicó la pelea, para sorpresa de propios y extraños, en Zürich, y no en uno de los escenarios habituales de Alemania, y ahí vino todo rodado en contra de los intereses del promotor germano. ¿Por qué? Muy fácil. El Hallenstadion de Zurich, parecía Atlanta, patria chica de Holyfield. Nunca en sus 24 años de profesión, contó el norteamericano con tanto apoyo, ni siquiera en su época de mayor esplendor, en sus célebres peleas ante Mike Tyson o Riddick Bowe. La segunda sorpresa para Sauerland, King y toda su cohorte fue la excelente preparación con la que subió al ring Evander, bien aleccionado por su preparador, Tony Brooks, para moverse por todo el anillo, para escapar del potente jab de izquierda del gigante ruso, que dio en la báscula, nada menos que 44 kilos más que el estadounidense. Los asaltos fueron pasando, Evander dominaba como quería el combate, con su gran oficio y técnica y con una sorprendente condición física, aunque ésta siempre fue uno de sus puntos fuertes. Los gritos de ¡Holyfield, Holyfield! atronaban entre las 12,500 almas que abarrotaban el escenario, los millones de televidentes de todo el mundo (al final, se vendió en PPV para América) veían cómo Evander Holyfield iba a a terminar con el récord de campeón de los pesados más longevo, en poder de George Foreman. Es cierto que en los últimos asaltos, apretó más el gigante ruso, hasta el punto que desde su esquina, le ordenaron noquear al de Atlanta en el último asalto, sabedores de que, hipotéticamente, la pela la tenía perdida. Holyfield capeó el temporal y afrontó los minutos interminables de espera de la lectura del veredicto de los jueces, con suma tranquilidad, mientras el público esperaba cualquier gesto del norteamericano para aclamarle y vitorearle. Mientras tanto, cada saludo del ruso, gorra en ristre, era respondido con estridentes abucheos. El final ya lo conocen los lectores: un juez vio el match nulo, y los otros dos, que Santa Lucía les conserve la vista a los tres, que había ganado el que “interesaba” a Sauerland, a Don King y a un futuro enfrentamiento entre Valuev y el rey del peso completo de la actualidad, Wladimir Klitschko. El malestar en la grada fue apoteósico, y la cara de Sauerland, enfocada por la televisión alemana, era todo un poema. Era claro que lo sucedido le había sobrepasado y que el descrédito mundial iba a ser innegable. Holyfield, por su parte, se tomó la decisión con una gran deportividad, como un auténtico caballero del deporte. Horas después de la pelea, Sauerland, leídas las primeras críticas de toda Europa, incluida España, donde se volvió a meter en portada el boxeo, por la atracción de Holyfield, y, sobre todo, al lado del Atlántico, han sido brutales y justas contra semejante cambalache, lo que motivó que el promotor alemán declarase que para él, “lo justo, hubiera sido un combate nulo, puesto que Holyfield dominó la primera mitad de la pelea, y Valuev dominó todos los asaltos de la segunda mitad de la misma”. Incluso, prometió una revancha rápida, insinuando la suspensión del Chagaev-Drummond, para que todo sucediera con la rapidez que le conviene a los promotores, y sus ansias por ganar grandes sumas de dinero. Con lo que no contaba Sauerland es con las declaraciones de Tony Brooks, el preparador de Holyfield, que manifestó, nada más pisar suelo americano, que “alguien había recibido “grasa” por conceder ese injusto veredicto” y automáticamente, anunció que protestarían oficialmente a la Asociación Mundial de Boxeo. La reacción de Sauerland fue inmediata: nada de revanchas, pero mucho revanchismo contra esos americanos que llegaron a la neutral Suiza, a fastidiarle sus planes. Hace unas semanas, Klaus Peter
Kohl, el otro mangante, perdón, magnate del boxeo alemán, el dueño de la poderosa Universum, dijo, con respecto a un duelo entre su pupilo Felix Sturm y el de Sauerland, Arthur Abraham, campeones del peso medio, algo así, como diríamos en España, que con Sauerland no iba ni a coger billetes de 500 euros. Ahora comprendemos las razones. Y una conclusión: los seguidores del boxeo estamos hartos de los continuos robos de los alemanes, aunque esta vez fuera en Zurch, capital de la neutral Suiza. El público dictó sentencia: Sauerland está marcado para los restos. Por cierto, ¿Qué diferencia existe entre la injusticia sufrida por el famoso Holyfield y nuestro modesto Gabriel Campillo hace meses? Ninguna. Un robo es un robo, aquí y en la Luna.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.