martes, 2 de junio de 2009

UNA NOCHE DE OPERETA


El “Perro” Angulo pasa por ser, junto a Saúl “Canelo” Álvarez, la gran esperanza del boxeo mexicano. Un pugilismo azteca que se debate en este 2009, entre las terribles noticias, en lo deportivo, de la humillación de su gran ídolo “Tony” Margarito, hoy en día, simplemente, un deportista bajo sospecha, por parte de todos sus antiguos rivales, anteriores a “Sugar” Shane Mosley, así como de la derrotas de otros grandes ídolos como Jorge “Travieso” Arce o Ulises “Archie” Solís, por poner solo dos ejemplos en un medio “annus horribilis”. La grata noticia para los mexicanos es la vuelta del arte de Fistiana a las pantallas de televisión en abierto, algo de lo que siento gran envidia, desde la vieja España. Decíamos que Angulo es o ¿era? la gran esperanza azteca. En principio, su combate ante un venido a menos Kermit Cintrón, después de su mal combate ante Sergio “Maravilla” Martínez, con un nulo regalado por los jueces, era el punto de partida, que le debía llevar a las más altas cotas de éxitos deportivos y de popularidad. Pues al primer tapón, zurrapa, que decimos en mi tierra. Angulo, que cuentan que es cortés y amable hasta decir basta, fuera de los cuadriláteros, con sus fans, estuvo lento, espeso, y sin ideas para poner en peligro a un mucho más experimentado Cintrón, que con Evangelista Cotto, mandado al “destierro” por su sobrino Miguel, le dio una eficaz lección de experiencia y saber hacer, a lo largo de doce, por momentos, tediosos asaltos. Solo en el último “ladró” de verdad el “Perro”, pero ya era tarde, boxeó con una sola mano toda la noche, quedando desnuditas todas sus carencias técnicas. Su cara de funeral, nada más terminar el combate, y su indisimulable indiferencia ante los eufóricos saludos del boricua, eran un claro síntoma que admitía que había perdido la pelea de su vida. ¿Tendrá más oportunidades? En el mediocre boxeo de hoy día, sin duda, como es indudable que esta derrota, le costará Dios y ayuda olvidarla al inexperto boxeador mexicano.
En el combate de fondo, en Hollywood, Florida, André Berto, quien continuó con la costumbre de los boxeadores estadounidenses del siglo XXI, de salir al cuadrilátero con la bandera del país de sus padres, Haití, país por el que disputó los JJOO de Atenas. ¡Y eso que está Obama en la Casa Blanca! Lo cierto es que su combate con el colombiano Juan Urango, que subía del peso superligero, sin soltar su corona, “por si las moscas”, fue aún más soporífero que el anterior, y lo que quedó patente fue la clara superioridad física, técnica y, sobre todo, de velocidad, del campeón welter, sobre el colombiano. Entre un Urango, siempre con la cabeza por delante, y un Berto, con su tendencia acostumbrada de agarrarse a la más mínima, solamente nos quedamos con el jab y las rápidas combinaciones de Berto. ¿Suficiente para pelear con Mosley, Mayweather o Cotto? Me temo que no. ¿Para ganarles a esos tres? Rotundamente, no.
Y la “traca” del “Sábado Noche” llegaba con la suspensión del combate entre Chagaev y Valuev. No les ha parecido bastante con martirizarnos, tras la victoria, hace dos años, del uzbeco, con dos suspensiones de la revancha, con el “numerito” de los dos campeones para ese organismo “serio” donde los haya que es la WBA, sino que, ahora, después incluso del pesaje, en algo que no tiene precedentes, en una suspensión inaudita, basada en un informe médico de la federación finesa, en la que esta recomendaba que Nikolay Valuev, se inyectara inmunoglobulina, para curarse en salud, por la hepatitis “B” sufrida por Chagaev en 2006. Después de la cancelación de la velada, desde ambas partes, con Universum y Sauerland, enemigos acérrimos en el boxeo germano, se han dicho de todo, menos bonito. Desde la esquina del campeón “en receso” ha tildado de “cobarde” al gigante ruso y desde la esquina de este, que no podía boxear en estas condiciones, bajo ningún concepto, pues se hubiera puesto en riesgo la inmensa humanidad del gigante de San Petesburgo. Pero lo más inquietante es que la que tiene resolver el litigio es la WBA. ¡Para salir corriendo! Si todavía están mirando el video de la pelea Valuev-Holyfield. El sainete queda rematado con ¿adivinan quién? El inefable y único John Ruiz, que exige que la próxima pelea titular sea con él como estrella invitada. ¡Ay, Gilbertito, que Dios te coja confesado!
P.D. Evander Holyfield también quiere la revancha, cuanto antes, con Valuev. ¡Lo que faltaba!

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

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