domingo, 15 de noviembre de 2009

EL INFIERNO DE PACQUIAO




Exhibición total de Manny Pacquiao, en la que, a priori, era la pelea más difícil de su carrera. Enfrente tenía a Miguel Cotto, un gran boxeador del peso welter, hasta la derrota ante Antonio Margarito, y un valiente en toda la regla. Los que esperaban un Pacquiao menos potente que ante De la Hoya y Hatton, se quedaron sencillamente bizcos. La intensidad, la presión, la velocidad a la hora de golpear, de moverse por el ring, del filipino, eran asfixiantes y apabullantes para Cotto, que no es un boxeador lento, pero que se mostraba incapaz de aguantar las embestidas del tornado asiático. Si Cotto atacaba, su rival era un martillo pilón en el boxeo a la contra. Si el boricua se dejaba querer, era inaguantable el chaparrón de golpes, por la cantidad y calidad de los golpes de este gigante, que comenzó boxeando en los 50 kilos. En el tercer asalto, llegó la primera caída de Cotto, en una combinación al cuerpo y al rostro, a una velocidad de vértigo. A pesar de este contratiempo, Cotto terminó bien el asalto, incluso propinando certeros golpes sobre el filipino. En el cuarto episodio, más de lo mismo, al más mínimo fallo de Cotto, llegaba la ley inexorable de Pacman: una izquierda a la contra, sobre la quijada de su oponente que no solo derribó al boricua, sino que por poco, acaba con la desigual pelea. Sin embargo, es probable que aleccionado por Freddie Roach, Pacquiao frenó en su ritmo en los dos siguientes asaltos, que fueron de dominio de Cotto, aunque sin lastimar casi nunca de forma seria a su rival. Todo esto, no hizo sino cansar más al puertorriqueño, lo que motivó que el resto de la pelea, fuera un calvario para el hombre que defendía el cinturón de la WBO. Asaltos trepidantes, con un Cotto valiente, y un Pacquiao sencillamente infernal. Así, se llegó al asalto final, cuando la cara del boricua era un poema, absolutamente tumefacta y ensangrentada. Kenny Bayless, excelente árbitro, a falta de 2 minutos y 5 segundos para el final, paraba justamente la pelea, evitando que lo que era una paliza, se convirtiera en un serio peligro para la integridad física y el futuro deportivo de Miguel Ángel Cotto. ¿Pacquiao es de otro mundo? El astro filipino parece un alienígena capaz de derribar todo lo que se le ponga enfrente. El probable combate ante Floyd Mayweather Jr., si este no se “raja” tras lo vivido en Las Vegas el sábado por la noche, puede ser el auténtico combate del siglo XXI. Pero, hoy por hoy, cualquiera que se mida a Pacquiao, tiene que aceptar su favoritismo. Hasta el orgulloso Mayweather.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

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