viernes, 6 de noviembre de 2009

El poder frenará a Pacquiao


JAIRO GIRALDO La Opinión

La seguridad con la que enfrenta el compromiso de su pelea ante Manny Pacquiao no le quita del frente a Miguel Cotto cúal puede ser su principal escollo para ganar el combate más importante de su vida, el 14 de noviembre en el MGM Grand Arena de Las Vegas.
Se lo han preguntado tanto que ya terminó por asumirlo frontalmente. "¿Que qué voy a hacer para contrarrestar la velocidad de Pacquiao? Tenemos un plan, sabemos lo que tenemos en puerta… Manny es un peleador rápido, con su propio estilo. Sé que es rápido, pero sabemos cómo nulificar su velocidad para que no sea el factor determinante en este combate", afirmó Cotto.
No está de más advertir que también los anteriores rivales del filipino sabían que tenían que superar esa prueba. El vértigo de Pacquiao y su manera inequívoca de meter al rival en una confusión terrible para sacarlo de su plan de pelea y dictar el combate.
En su más reciente contienda, Ricky Hatton —mil veces advertido de la velocidad de Pacquiao— entró a forzar la reyerta en el hierro corto, exhibiendo su mejor talla física. Su estrategia duró un minuto, que fue lo que tardó Pacquiao en leer su plan de acción, y en el contragolpe lo tiró dos veces en el primer asalto y lo noqueó en el segundo.
"Eso le pasó a Hatton, que es un boxeador sin defensa, pero no le va a a pasar a Miguel [Cotto] porque tiene poder, y cuando [Pacquiao] sienta la pegada, la pelea va a cambiar totalmente", advierte Joe Santiago, entrenador del boricua.
Han trabajado mucho en mejorar la defensa, frente a rivales zurdos y livianitos como "Pacman", y también están sobreadvertidos porque en su derrota ante Antonio Margarito después de darle una lección al tijuanense durante cinco asaltos, tan pronto empezó a recibir castigo se vino abajo hasta inclinarse vencido en el asalto 11.También habrá que decir que en su reciente combate ante Joshua Clottey la pasó mal y ganó sin brillar.
Para ganarle a Pacquiao está claro que necesita más.Aguantar y pegar. Manejar su jab para mantenerlo afuera. ¿Cómo? Ya él sabrá cómo hacerlo. Pero la fórmula de ir palo contra palo ante un rival tan rápido y tan resolutivo no parece buena idea. Tendrá que atacarlo. Hacerle sentir las manos como lo hizo Juan Manuel Márquez.
Durante su gira promocional, el boricua, campeón de las 147 libras versión OMB, ha sido claro en que hará prevalecer su condición física y puntualmente el hecho de ser un welter natural.
"Lo que puedo decir es que Pacquiao viene de una categoría muy chica, y por más que quiera no puede tener el poder que yo tengo en esta división", dice el nativo de Caguas, quien añade: "Lo único que puedo decir es que Pacquiao y su equipo se equivocaron al escoger el rival con el que quieren hacer historia. Estoy en mi peso, mi momento, y le voy a ganar en esta pelea", dijo Cotto tajante.
En medio de todo, queda una puerta abierta a la duda. El campamento del boricua ha sustentado su estrategia de victoria en el hecho de que Cotto es más grande y peleará en los welters, su categoría natural, pero ese argumento nunca fue válido para "Pacman", que lo hizo añicos cuando, en un solo año, se movió de las 130 libras a las 135 para noquear a David Díaz.
Luego saltó a las 147 para llamar al retiro a De la Hoya y bajó sin despeinarse —y sin perder su potencia ni su velocidad— para ridiculizar a Ricky Hatton.
A los 30 años, el filipino mantiene intactas sus armas y no altera su actitud ni sus maneras sobre el ring por subir o bajar de peso.
De todos modos el cuartel boricua no afloja y están seguros de ganar. Optimismo y decisión no le faltan a Cotto pero esas respuestas las va a necesitar cuando vea venir a Pacman. O le entra a palos o el tagalo se lo lleva por delante. La escencia del boxeo de Cotto es su estilo y su manera fina de andar el ring y marcar puntos, pero su punto crítico en peleas recientes ha sido su defensa, que es lo que mejor tiene que lucir ante el más agresivo peleador, hoy por hoy, en cualquier categoría del boxeo. Controlar la velocidad de Pacquiao. Tirándole golpes y haciéndole sentir quien es el gallo grande del patio.
Eso suena bien. Pero frente al atrevido zurdo filipino va a necesitar cumplirlo al pie de la letra porque aunque Pacquiao no es invencible, desde hace varios años ha lucido así.

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