domingo, 22 de febrero de 2009

El Saudade hace la mudanza


El Club Polideportivo Saudade se marchará dentro de unos días de su lugar habitual en la calle Urzaiz al barrio de Lavadores. Se inicia por lo tanto un traslado cargado de simbolismo y también de recuerdos. Se cierra un ciclo para el grupo dirigido por Francisco Amoedo y se abre una nueva etapa. Antes de que termine el mes se habrá cerrado el traslado.
El Club Polideportivo Saudade de boxeo ha comenzado su mudanza. La emblemática entidad viguesa dejará el gimnasio que ocupa desde hace 37 años en la calle Urzaiz para trasladarse al otro lugar cargado de simbolismo, el barrio de Lavadores. Las cajas ya están preparadas para trasladar todos los recuerdos que posee el club liderado por Francisco Amoedo. Deja unas instalaciones antiguas por otras más modernas, funcionales y de mayor extensión. Se acaba un ciclo y comenzará otro en un escenario moderno de más de trescientos metros cuadrados.
El entrenador, promotor, consejero y amigo de los boxeadores habla del traslado con voz profunda. Ha pasado 444 meses de su vida encerrado entre cuatro paredes. El gimnasio que ahora ocupa ha sufrido pocas variaciones desde que lo inauguró. Desde la calle Urzaiz es necesario subir 25 escalones bastante empinados. A la izquierda se encuentra la entrada a una peluquería. De frente, un puerta metálica que da acceso a un mundo peculiar.
Lo primero que se ve es el reducido despacho de Francisco Amoedo. Una vieja mesa de metal, una silla de una generación pasada, un fax, montones de libros, dos estanterías y desde no hace mucho un ordenador. Encima de la mesa, una agenda, un elemento imprescindible para su trabajo así como las fichas de todos sus boxeadores. Se amontonan los recuerdos. En las paredes no hay sitio para más fotografías ni carteles de veladas, tanto en Vigo como en el resto del mundo. Enfrente, una pequeña ventana que le permite al entrenador “espiar” el trabajo de sus deportistas. En esta oficina, tres ya son multitud. El espacio es muy reducido, pero Amoedo se desenvuelve con una eficacia sorprendente.
Un pequeño pasillo da acceso al vestuario, a la derecha. Un lugar “sagrado”. Nadie puede entrar allí, salvo los componentes del club. Dos pasos más allá se encuentra la “sala de máquinas del club”. Traspasar una humilde puerta es adentrarse en otra dimensión. Lo primero, pararse para no pisar la lona que cubre la mitad de la instalación. Hay que rodearla. No hacerlo supone varios peligros. Que alguno de los que entrenan allí puedan “chocar” o deteriorar un elemento básico para los entrenamientos.
En ese “rodeo” se pasa al lado de las máquinas de musculación, se sortean dos columnas, los sacos donde golpean los boxeadores y se refleja todo un espejo. El visitante tiene que estar atento a todo. Y allí, pegado a la pared, elevado unos cuantos centímetros del suelo, el bien más preciado: el emblemático ring.
El tamaño importa, al menos en la estatura. No hay margen de maniobra. Estar en ese escenario significa tener el techo muy cerca. Dar un salto es imposible, a no ser de querer el gran riesgo de tocar con la cabeza con la parte superior del gimnasio. Es relativamente fácil. También destaca un reloj electrónico, clavado en la pared, y que suena de manera alarmante cada tres minutos, el tiempo de duración de un asalto. En este escenario, Francisco Amoedo preparó a cientos de boxeadores gallegos. Por ese lugar pasaron Carlos Miguel, Jorge Araujo, Fredy Costas, Pedro Ferradás, “Pantera de Arousa” o Fernando Bernárdez, entre otros.
En la actualidad es Iván Pozo el que tiene el privilegio de ser su usuario principal. Ya se prepara para la revancha ante Cristophe Rodrigues. Pero no está sólo. Junto a él, una generación de jóvenes deportistas, tanto de boxeo como de lucha libre.
En el número 106 de la calle Urzaiz se perderá el próximo día 27 el inconfundible aroma a boxeo que impregnó ese lugar durante casi 40 años. Francisco Amoedo tendrá que cambiar sus hábitos. Dice no estar triste, pero se le nota “morriña”. Habla del asunto demasiado serio. Ni una broma, deja a un lado una gran parte de su vida. Pero al mismo tiempo se muestra ilusionado con el nuevo lugar que ocupará. Ni quiere desvelar todavía su ubicación exacta. “Está por Lavadores”, repite. Será amplio, funcional, sin las estrecheces del antiguo y con más sacos para entrenarse. Eso es lo que le preocupa y al mismo tiempo le motiva.

COTTO Y PAVLIK SEGUIRÁN SU CAMINO EN EL MES DE JUNIO



Pasada la noche del sábado, y vistos los resultados de la doble cartelera de HBO, desde el Madison Square Garden y el Chevrolet Centre, en Youngstown, de Ohio,
han llamado la atención las palabras del promotor del evento de PPV, el dueño de Top Rank, Bob Arum. Según este, dejó más dividendos la pelea en la ciudad natal de Pavlik, que la celebrada en Nueva York, a pesar del indudable tirón popular de Miguel Ángel "Junito" Cotto, el púgil que más público ha arrastrado en los dos últimos años al mítico recinto neoyorquino. Pero la vida sigue, y con ella, la carrera de los dos extraordinarios pugilistas que encabezaron la novedosa cartelera, al tratarse de una experiencia sin precedentes, realizada en dos lugares diferentes. Cotto cumplió y cumplió bien, a pesar de la evidente debilidad de Michael Jenning, y cuando se le pase el enfado con su "jefe" Bob Arum, por el tratamiento que este ha llevado a cabo en el "Caso Margarito", seguro que pensará en rivales de más fuste. En la mente de todos, están los nombres de Shane Mosley (sería la revancha, tras la victoria del boricua el 10 de noviembre de 2.007), titular de la W.B.A. El del joven Andre Berto, dueño del cintutón del W.B.C. y, cómo no, con el eventual vencedor del que puede ser uno de los combates del año, el próximo 2 de mayo, en el MGM Grand, Las Vegas, Nevada, entre el actual número 1 libra por libra mundial, el filipino Manny Pacquiao y el campeón superligero para "The Ring", el británico Ricky Hatton. Se maneja la fecha del 13 de junio, Día de la Parada del Día Nacional de Puerto Rico, en Nueva York, fecha imposible si fuera el vencedor de la reselada "Pelea del Año". Y en cuanto a Kelly Pavlik, que lució peor que el boricua, no dejó de ser un mero entrenamiento su enfrentamiento ante el mexicano Marco Antonio Rubio, que bastante hizo con no caer a la lona, ante un campeón, que despachó por la vía del nocaut a 31 de sus 36 oponentes, hasta la fecha. Ahora, Bob Arum quiere que el campeón del peso medio W.B.C.-W.B.O. pelee en la ciudad de Cleveland, Ohio, en el Quicken Loans Arena, conocido popularmente como "The Q", con capacidad para 20.562 espectadores, sede de la franquicia de la NBA, los Cleveland Cavaliers, con la particularidad de estar a una hora de Youngstown, coudad natal de Pavlik, volcada con su paisano. Como quiera que los grandes rivales del estadounidense en la división parecen ir en otra dirección: Arthur Abraham ante el desconocido Lajuan Simon el próximo 14 de marzo, y Felix Sturm, el 25 de abril, ante el no menos impopular japonés Koji Sato, todo parece indicar que su rival sería el australiano de Newtown, Anthony Mundine (35-3), que venció el pasado día 11 de febrero, a su compatriota Shannan Taylor, por decisión unánime. Otros nombres que baraja el "Boss" de Top Rank, son los de los estadounidenses Vernon Forrest, titular aún en la división superlwelter, del que algunas fuentes anuncian una pelea ante
Charles Whittaker, el 27 de abril, pero que puede ser desposeído de su cetro, si insiste en no verse las caras con el campeón interino, Sergio "Maravilla" Martínez, y también se maneja el nombre de Sergio Mora, ex campeón igualmente de las 154 libras, y que no pelea desde su derrota en la revancha con Forrest, el 13 de septiembre de 2.007. Tampoco se descarta al norirlandés residente en Nueva York, John Duddy, vencedor por puntos de Matt Vanda, en la cartelera del sábado. Por tanto, Cotto y Pavlik pasaron la reválida de ganar después de traumáticas derrotas, y ahora enfilan el futuro con optimismo y buenas peleas en perspectivas.

COTTO VS. JENNINGS, ASALTO POR ASALTO


Carlos González Primera Hora.

Miguel Cotto dejó claro que ha regresado para reclamar su lugar como uno de los mejores púgiles en la división wélter.
Unas 11,120 personas desafiaron la ola de frío que azota la ciudad de Nueva York para llegar hasta el Madison Square Garden con deseos de ver un nocaut por parte del púgil puertorriqueño y salieron complacidos.
Un determinado Cotto dominó durante poco menos de cinco asaltos al británico Michael Jennings para así reclamar el cetro de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), versión de las 147 libras.
De esta manera, el cagüeño se convierte en campeón mundial por tercera ocasión en su carrera y se encamina a otro combate en junio, para luego esperar al ganador del pleito de mayo entre Ricky Hatton y Manny Pacquiao.
Los primeros segundos del primer episodio fueron dedicados para el estudio de estilos. Michael Jennings inició la ofensiva con tímidos jabs, mientras Miguel Cotto se mantuvo firme y tranquilo en medio del ring, persiguiendo a su presa. Cuando finalmente logró cortarle el paso a Jennings, soltó las manos con furia.
En el segundo, Jennings insistía en moverse en círculos para no darle una oportunidad a Cotto para quedar arrinconado. El criollo permaneció en el centro del ring esperando pacientemente por un espacio abierto para hacer daño con sus puños. En los diez segundos finales, Cotto atrapó a Jennings contra las sogas y lo castigó en los planos bajos.
Eso se convirtió en un patrón a lo largo de los próximos dos episodios, pero fue en el minuto final cuando Cotto hizo el mayor daño. El púgil acertó dos devastadores ganchos de izquierda al cuerpo que lastimó malamente a Jennings al punto que cayó de rodillas a la lona frente a los integrantes de su esquina. Fue entonces cuando Cotto apretó el paso y castigó sin compasión al inglés hasta verlo caer por segunda ocasión.
La mirada de Jennings era la de un boxeador adolorido, sin deseo de continuar, pero se armó de fuerzas y pudo terminar el asalto.
El inglés salió tímido de su esquina, algo frágil por el castigo que ya había recibido. En lugar de continuar usando el jab, Jennings se recostó de las sogas, oportunidad que Cotto aprovechó para combinar una ráfaga de golpes. Por tercera ocasión, Jennings visitó la lona luego de otra combinación a los planos bajos y al rostro. Al incorporarse luego del conteo de protección, le indicó al referí Benji Esteves que no deseaba continuar peleando.
Para Cotto, la victoria despeja dudas de que puedan quedar efectos de la derrota que sufrió en julio de 2008 a manos de Antonio Margarito.
"Miguel Cotto está de vuelta y para largo rato", exclamó Cotto. "La derrota (de Margarito) me hizo más fuerte, más decidido, enfocado y un mejor boxeador. La pelea fue un poco lenta al principio ya que quise salir y ser el boxeador que estudia a sus oponentes en los primeros asaltos. Luego del gancho de izquierda, le brinqué encima debido que quería terminar la pelea", agregó.
Asimismo, su tío y entrenador, Evangelista Cotto, comentó que está complacido con el desempeño de su sobrino.
"Fue una pelea muy importante en el aspecto sicológico. Miguel necesita regresar al ring. Pienso que se veía muy decidido. Cuando íbamos de camino al ring, le dije a Miguel que tuviera cuidado ya que se iba a enfrentar a un boxeador y que recordara el jab", sostuvo Evangelista Cotto.

Round por round de la pelea, según la apreció Primera Hora:

Primer asalto:

Durante los primeros segundos del episodios, ambos combatientes se estudian cuidadosamente. Michael Jennings inicia la ofensiva son tímidos jabs, mientras Miguel Cotto lo persigue. Cuando el boricua logra cortarle el paso sobre el ring, suelta las manos con ganchos al cuerpo. Es un asalto de acción bien limitada, pero Cotto conecta los mejores.

PH: 10-9 Cotto

Segundo asalto:

Jennings insiste en moverse en círculos para no darle oportunidad a Cotto de arrinconarlo y se limita a soltar el jab de izquierda. El criollo permanece en el centro del ring esperando pacientemente por un espacio abierto para hacer daño con sus puños. Varios jabs de Cotto sacuden la cabeza de Jennings, quien hace un buen trabajo de evitar intercambiar en medio de la lona. En los diez segundos finales, Cotto atrapa a Jennings contra las sogas y lo castiga en los planos bajos.

PH: 10-9 Cotto

Tercer asalto:

Cotto va acortando la distancia con una constante presión, mientras Jennings busca la manera de evitar el castigo usando el jab de izquierda. Aun así, los golpes del puertorriqueño ya están teniendo efectos sobre el púgil británico, quien comienza a sangrar levemente por la nariz.

PH: 10-9 Cotto

Cuarto asalto:

A pesar de que Jennings insiste en el tímido jab, suelta un derechazo por encima de la defensa de Cotto. Sin embargo, eso parece haber despertado la furia dentro de Cotto, quien acierta dos devastadores ganchos de izquierda al cuerpo que lastima malamente a Jennings al punto que cae de rodillas a la lona. Luego, Cotto aprieta la ofensiva y castiga sin compasión hasta que el británico cae una segunda vez.

PH: 10-7 Cotto

Quinto asalto:

El inglés salió de su esquina con una mirada de que no desea continuar, pero aun así, hace su mejor intento. En lugar de continuar usando el jab, Jennings se recuesta de las sogas, oportunidad que Cotto aprovecha para combinar una ráfaga de golpes. Jennings visita la lona por tercera ocasión luego de otra combinación a los planos bajos y al rostro. Al incorporarse luego del conteo de protección, le indica al referí Benji Esteves que no desea continuar peleando. Cotto gana por nocaut técnico al minuto 2:36.

Peruana Kina Malpartida es campeona mundial de boxeo


La boxeadora peruana Kina Malpartida noqueó a la favorita, la estadounidense Maureen Shea, con lo cual se coronó campeona mundial en la categoría Pluma tras su pelea en el Madison Square Garden.
Según reveló a la prensa, Kina asegura que se inspiró en la garra de nuestra campeona mundial de surf Sofía Mulanovich y narró que se criaron juntas y competían en su infancia.
"Nos hemos criado juntas porque mi papá y su papá eran mejores amigos. Yo con ella competía desde chiquita y desde muy chiquita éramos rivales. Ella me dio un ejemplo porque se dedicó. Sofía fue mi inspiración por un momento. Ella fue campeona y se dedicó. Su familia la apoyó también, pero ella lo hizo sola", reveló Kina.
Kina indicó que fue estimulante ver a Sofía triunfando:
"Cuando ella salió campeona dije voy a ser como Sofía también", confesó.
La flamante campeona precisó que se inclinó al boxeo porque se le facilitó este deporte. Ahora que radica en Melbourne, donde recibe apoyo en su carrera, lo cual agradece mucho, y a Dios, que le permitió hacer realidad sus sueños. Aseguró que desde el principio soñó con adueñarse del título.
Kina es hija del tricampeón de tabla hawaiana Óscar Malpartida y Susy Dyson, modelo internacional. Ahora nos demuestra que heredó las cualidades de campeón deportivo de su padre y el porte de modelo de su madre.
La campeona mide 1.76 y pesa 58 kilos. Comenzó el boxeo en Australia, donde reside desde 1999, donde ha participado en una serie de combates profesionales y escaló hasta el quinto lugar de la clasificación del ránking mundial del Consejo Mundial de Boxeo (CMB, WBC en inglés), pero siempre pelea representando al Perú.
Kina es un ejemplo más de los brillantes deportistas que destacan con su esfuerzo personal y nos alegran con estos campeonatos, pese a la falta de apoyo por parte del gobierno; a diferencia de los futbolistas, que con todas las facilidades, en lugar de campeonatos ocupan a la prensa con sus escándalos e indisciplina.

VICTORIA SIN BRILLO EN 9 ASALTOS DE KELLY PAVLIK ANTE SU PÚBLICO






Kelly Pavlik decepcionó a los 7.500 seguidores que llenaron el Chevrolet Centre, en Youngstown, Ohio, su ciudad natal, a pesar del claro triunfo de este. Desde el inicio, y aunque el retador mandatario de sus coronas W.B.C. y W.B.O. el mexicano Marco Antonio Rubio, no diera en ningún momento la impresión de creerse que podía ganar a su rival, Kelly Pavlik sufrió el síndrome que atraviesan todos los púgiles que pierden su condición de invicto, como le sucedió ante Bernard Hopkins, el pasado 18 de octubre. El guión de la pelea fue sencillo: guardia muy alta de Rubio, jab atacante para quitarse de encima al campeón, y un Pavlik que lo basaba todo en sus habituales 1-2, esta vez, muy imprecisos, y en golpear el cuerpo del mexicano, para irle minando sus fuerzas. Las estadísticas no mentían: a pesar del dominio de la situación a cargo de Pavlik, y de los gritos incesantes de ¡Kelly, Kelly! de sus incondicionales, no era mayor la precisión del estadounidense, a pesar de la diferencia de golpes lanzados, casi el doble del natural de Youngstown que el mexicano. En el sexto asalto, para sorpresa de propios y extraños, y puede que del propio "Veneno", este se apoderó del centro del ring y se adjudicó el asalto. Lo peor para Pavlik es que carecía de la pegada que le llevó a la gloria en el peso medio. Una derecha de las suyas, en el octavo episodio, volvió a enderezar el combate, a pesar de la bravura derrochada (no se le puede negar su origen mexicano) por Rubio. La cantidad de golpes recibidos por el boxeador de Torreón, de 28 años, "tenía entumecidos los brazos", según explicó tras la pelea, aconsejó que no se presentara al 10º round, quedándose en la esquina, decretando el árbitro Frank Garza el final de la decepcionante pelea, por retirada de Rubio, tras el noveno round. Un análisis retrospectivo nos lleva a la reflexión de que el Kelly Pavlik que demolió a Zertuche, Miranda o a Jermain Taylor en su primer combate, hubiera acabado con su débil oponente en apenas uno o dos asaltos. Pavlik (34-1) sigue reinando, pero la sombra del alemán de origen armenio Arthur Abraham (28, KO 23-0) es cada vez más alargada, si pactan sus managers el combate, y el estadounidense no recobra su nivel, pegada y confianza habituales.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.