lunes, 5 de abril de 2010

Hopkins y Haye envían al retiro a Jones y Ruiz. ¿Combate a la vista?



JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

16 años, 10 meses y 13 días más tarde, el “Verdugo” Bernard Hopkins, de 45 años y un palmarés impresionante de 51 victorias (32 por nocaut), 5 derrotas y un combate nulo, se tomó el desquite con su viejo rival por la supremacía del peso medio y del boxeo en general, Roy Jones Jr., grande entre los grandes durante más de una década. En realidad, el combate de la noche del sábado pasado en el Mandalay Bay de Las Vegas confirmó que esta pelea estaba pasada de fecha, y que se tendría que haber llevado a cabo hace muchos años. Más que una pelea entre dos grandes, fue una reyerta, con golpes bajos, en la nuca, agarrones y todo tipo de marrullerías, casi todas efectuadas por el devaluado Roy Jones, el hombre de Pensacola. Desde el inicio se vio a un agresivo Hopkins, en mucha mejor forma que su rival, y con ganas de revancha. Jones se mostraba impotente para frenar a su “odiado” adversario, y sobrepasó todos los límites, golpeando una y otra vez a su rival debajo de la cintura y en la nuca, lo que provocó continuas detenciones, el descuento de un punto por parte del árbitro de la pelea, y los continuos abucheos del público. Fueron doce asaltos de dominio apabullante de Hopkins, un prodigio de la naturaleza, y lo milagroso fue que Jones acabara la pelea. Después de cada golpe ilegal de su contrario, Hopkins se revolvía con una fiereza desmedida, hasta el punto de tener que acceder en varias ocasiones miembros de la organización encima del ring y algún que otro “espontáneo” para darle aún más morbo al combate. La victoria del de Philadelphia nunca estuvo en peligro, y según las puntuaciones de los jueces, ganó de forma unánime por 118-109, 117-110 y 117-110. Jones volvió a evidenciar que tiene que dejar los cuadriláteros mientras que Hopkins puede aún marcarse retos, como por ejemplo, emular a Jones y ser campeón del peso pesado. A David Haye, desde luego, no tendría que temerle. Más bien al contrario.
Y es que la pelea también celebrada el pasado sábado, en el M.E.N. Arena de Manchester, entre el actual titular del peso completo de la W.B.A., el inglés David Haye y el dos veces campeón del mundo, el estadounidense de origen boricua, John Ruiz, dejó a las claras la diferencia que hay entre uno que llega, y otro que hace tiempo que se tendría que haber retirado. Cuatro veces cayó a la lona el americano, la primera a los 23 segundos de pelea, antes que desde el árbitro de la desigual pelea, detuviera la misma a falta de 58 segundos para acabar el noveno asalto. Ruiz, cada vez que caía al tapiz, acusaba el exceso de peso, 104,700 dio en la báscula, uno de sus pesos, no obstante, más bajos en los últimos tiempos, y sobre todo, unas carencias físicas que le deben enviar urgentemente a la retirada. Bien es cierto que Haye mostró también bastantes marrullerías y golpes fuera de lugar, mostrando una agresividad mal entendida e innecesaria dada la distancia que tenía con su vial. Lo cierto es que de la noche del sábado, dos boxeadores, uno de 41 años, Roy Jones Jr., en su día el más grande, y otro de 38 años, uno de los campeones más mediocres de la historia del peso pesado, posiblemente se subieron por última vez a un cuadrilátero. Y en cuanto a Bernard Hopkins y David Haye, a pesar de los 16 años de diferencia, podrían aportar una más que interesante pelea, sin un favorito claro de antemano.

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