domingo, 28 de noviembre de 2010

LOS GRANDES DE AYER Y HOY



JOSE SULAIMAN

Siempre es interesante escuchar y leer comparaciones de ídolos del boxeo, especialmente cuando surge alguien como Manny Pacquiao, quien se ha convertido en un gran atractivo para los rivales que ven en su frente muchos signos de dólares, o del público impactado por la increíble hazaña de un campeón mundial de peso mosca del CMB, ahora convertido en campeón de peso superwelter, siempre arriba del ring y contra los mejores de su tiempo.
La nostalgia es un sentimiento profundo de recordar años que ya se fueron y que nunca volverán, es vivir los momentos felices de nuestra vida otra vez, es pensar que el tiempo no ha pasado, es simplemente volver a vivir. Es recordar los años de los que hemos sido testigos al paso de la historia y al respecto todos queremos debatir.
Manny Pacquiao sí es un gran campeón, ídolo absoluto de Filipinas y admirado por todo el mundo del boxeo, inclusive por mí, pero decir que supera a Muhammad Ali, a Sugar Ray Robinson, a Mike Tyson, Joe Louis, o hasta Roberto Durán, Ray Leonard, o al mismo Julio César Chávez, es un pecado.

Fui testigo de las grandes noches y grandiosas peleas de todos ellos, de la idolatría que mostraban donde se pararan, de su clase, su poder, su historia. Fui amigo personal en los años finales de la vida de Joe Louis, el Bombardero café, y lo visitaba en su casa cuando yo viajaba a Las Vegas, donde se reponía de una cirugía del corazón, de la que se encargó Frank Sinatra, con el apoyo del presidente John F. Kennedy, tres inmortales, y en una de nuestras pláticas, le pregunté a Joe sobre quién hubiera ganado si él hubiera peleado con el primer campeón mundial de peso completo y el primer ídolo de la historia, John L. Sullivan. Él me contestó que si hubiera peleado en el tiempo de Sullivan él, Joe, hubiese perdido, pero que en sus tiempos, él lo hubiese noqueado. Creo que con esas mágicas palabras de un gran campeón, podemos referir la historia. Cada quien en su tiempo, y vivir del pasado es vivir de la nostalgia.

También me vienen a la mente las discusiones de los conocedores de los medios de comunicación, quienes estoy seguro que nunca podrían coincidir en nombrar a los mejores 25 de todos los tiempos. Dentro de esa lista yo sí me atrevo a colocar al gran Manny Pacquiao, como lo hago con Julio César Chávez, Ray Leonard, Carlos Monzón, Mano de Piedra Durán, Tyson y otros de nuestros tiempos, pero eso sí sin duda alguna, pondría a Muhammad Ali como el más grande de todos, al probarlo para mí aquella encuesta mundial en la que fue reconocido como el rostro actual más conocido en el mundo en ese año, sobre el rostro del presidente Ronald Reagan, Los Beatles, Elvis Presley, Nikita Krushov, Pelé y hasta de su Santidad el Papa Juan Pablo II.

También me gusta recordar los enfrentamientos entre los diarios mexicanos en los tiempos del Ratón Macías a quien, los más, lo colocaban cerca de Dios, y otros cerca del diablo; pero siempre considerando que nadie es infalible en esta vida, como lo comentamos con el gran periodista y amigo don Jacobo Moret, cuando recordamos al más grande comentarista de boxeo de habla hispana de todos los tiempos como lo fue don Antonio Andere, quien tenía fama de que así como era un gigante con el micrófono no era muy bueno como pronosticador de triunfadores en el ring, hasta que un día él mismo encabezó su artículo diciendo cuando pelearían Baby Vázquez contra Mauro Vázquez: “Hoy no nos equivocamos, ganará un Vázquez”. El resultado fue un empate.
Pero dejemos la nostalgia a un lado para expresar nuestra esperanza que en el año 2011 se promueva la pelea más esperada por la afición del boxeo mundial entre Floyd Mayweather, un gigante del ring y ganador de cinco títulos mundiales del CMB en cinco distintas divisiones, contra Manny Pacquiao, quien con su triunfo sobre Margarito empató el récord mundial al ganar cinco títulos mundiales del CMB en diferentes divisiones. Ya se enfrentaron mucho tiempo en los periódicos y ya es tiempo de que ambos acepten subir al ring, en lo que para mí sería la pelea de más alto rating en las pantallas de tv e internet en toda la historia del boxeo, lo que llenaría tanto sus bolsillos para asegurar la existencia de sus cinco siguientes generaciones.

También espero grandes cosas para el boxeo mexicano, que hoy por hoy es el país más importante del pugilismo profesional en el mundo, sólo después de Estados Unidos, y que los grandes ídolos mexicanos Julio César Chávez Jr. y el Canelo Saúl Álvarez peleen y ganen un título mundial; que Édgar Sosa tenga su oportunidad de conquistar otro título mundial supremo, después de su larga carrera como campeón mundial de peso semi mosca, que perdió por un salvaje cabezazo, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La nostalgia es bella, nos hace llorar y nos hace reír, nos hace recordar nuestras noches bohemias con la música de Los Panchos, de Perry Como, de Marco Antonio Solís, de Lola Beltrán y Lucha Villa ; la grandeza de Horacio Casarín y Beto Ávila; a Pedro Infante, Jorge Negrete y María Félix, los amores de mis padres; al General Mariles y Joaquín Capilla; a James Dean, Elizabeth Taylor y Paul Newman; al Chango Casanova, Kid Azteca, Pajarito Moreno, Ratón Macías entre otros grandes del boxeo mexicano; nos hace recordar el Toreo lleno y de pie ovacionando a nuestro presidente López Mateos aquella noche en que Vicente Saldívar destronó al gran Ultiminio Ramos; a aquella inolvidable batalla en una carpa de París en una promoción de Allan Deloin y George Parnassus, cuando Carlos Monzón venció a nuestro Mantequilla Nápoles y tantas y tantas copas y cosas.
Pero la nostalgia es sólo un recuerdo del pasado y debemos ahora vivir nuestro presente con la misma determinación, fe y persistencia como lo hemos hecho siempre, con profundo respeto y amor al deporte de nuestros amores y nuestra Patria mexicana, para seguir conservándola como una tierra de campeones, con la misma bravura y valentía de la sangre mexicana y el mestizaje, un México libre, de trabajo, de cofraternidad, de respeto a nuestra historia, un México de paz.

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