sábado, 1 de mayo de 2010

SIGUE EL "0" EN EL PALMARÉS DE FLOYD MAYWEATHER






Floyd Mayweather venció com amplitud a "Sugar" Shane Mosley por decisión unánime: 110-109-, 118-110 y 119-109. Salvo un espléndido segundo asalto de Mosley, el resto de la pelea fue una lección de dominio y precisión de "Money" Mayweather, a quien solo le faltó algo más de agresividad para cerrar la pelea con un nocaut. En el referido segundo asalto, la gente, en su mayoría favorable a Mosley, saltó de sus asientos cuando este conectó una derecha espectacular en el mentón de Mayweather. Pero fue un espejismo. A partir del tercer asalto, Mayweather llegó en todos y cada uno de los asaltos con varias derechas claras sobre su rival, que se mostró impotente para poner siquiera en apuros al "invicto" Mayweather. Por cierto, estuvo presente en ring side, atiborrado de famosos, el "Más Grande" Muhammad Ali, quien tuvo oportunidad de ver un situ al actual rey del boxeo. Solo Pacquiao podría poner en tela de juicio este reinado. ¿Se le pasará su alergia a los controles de sangre? Es la pelea que todo el mundo quiere, y la pelota está en su tejado. Hasta ese momento, Mayweather puede seguir presumiendo del "0" que luce en su palmarés, a sus 33 años.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

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SHOW EN LAS VEGAS











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"Fantasma" Guerrero regresó con todo



Diego Morilla

El dos veces campeón Robert Guerrero (26-1-1, 18 KOs ), de Gilroy, California, se impuso con facilidad por la vía rápida en ocho asaltos ante Roberto Arrieta ( ) oriundo de Santa Rosa, Argentina, en una pelea pautada a 10 asaltos en el peso ligero en el Tropicana Hotel de esta ciudad.
Regresando tras una pausa en su carrera en la que acompañó a su esposa en una dura batalla contra la leucemia, Guerrero se plantó desde el principio como el agresor en el combate, adueñándose del centro del ring con duras manos al cuerpo y certeros uppercuts. Ya en el segundo, una violenta volea de Guerrero envió a Arrieta de espaldas hacia un rincón neutral, desde donde se levantó con rapidez para recibir una cuenta de protección. Arrieta respondió tratando de mezclarse en ocasionales intercambios en corto, con resultados no muy alentadores.
Ya en el tercero, la pelea se planteó en los planos más cercanos, con menos movilidad pero con varios intercambios interesantes, logrando Arrieta conectar con manos duras a los planos altos pero en menor proporción a Guerrero, quien lo conectó a mediados del asalto con una izquierda en punta muy dura mientras Arrieta retrocedía y lo envió nuevamente a las lonas. El cuarto asalto mostró un dominio mayor del zurdo Guerrero con su potente jab de derecha como arma principal, encontrando el rostro de Arrieta con demasiada facilidad y comenzando a dejar su huella en el rostro del argentino. Solamente la excelente defensa de Arrieta, con excelentes fintas y algo de agresión en retroceso, lo salvaron de un mayor castigo.
En el quinto round hizo su aparición el gancho de derecha del californiano, que se animó a soltar sus manos sabiendo ya que la acumulación de castigo sobre Arrieta estaba comenzando a notarse, y que sería una cuestión de tiempo antes de que pudiera rematarlo. Sin dejarse amilanar, Arrieta no se refugió en una defensa cerrada ni le rehuyó al combate, contragolpeando con fuerza y decisión pero con escaso éxito.
El sexto asalto, que a juzgar por lo visto en los tres primeros rounds parecía que no llegaría nunca a realizarse, tuvo un comienzo violento con varios intercambios furiosos en el primer tercio. Arrieta supo esperar el descuido de su rival, y a pesar de un par de golpes ilegales de Guerrero no perdió la calma y lo conectó con una potente derecha en corto. Una monstruosa izquierda en punta encontró el rostro de Arrieta hacia el final del asalto, y otra más lo puso en problemas segundos después. Arrieta aguantaba el vendaval sin rendirse, y Guerrero no encontraba la receta para lidiar con la dureza de su oponente. La ambición de Guerrero de exhibirse con un nocaut ante los numerosos miembros de la prensa presentes (todos ellos observando el combate como plato previo a la gran cartelera del día siguiente en el hotel de la vereda de enfrente) se chocaba con un muro que se negaba a caer derribado.
En el séptimo, el planteo siguió siendo el mismo, con Guerrero proponiendo y Arrieta respondiendo sin mayores resultados pero sin ceder terreno tampoco. El buen dominio de los espacios del ring y su buen caminar por sobre el ensogado, siempre a contrapelo de los golpes de Guerrero, era lo único que salvaba a Arrieta de una paliza aún mayor. Arrieta nunca le ofreció un objetivo fijo a su ambicioso rival, que no paraba de buscar el elusivo golpe definitorio.
Y ese golpe llegaría sorpresivamente apenas iniciado el octavo asalto, cuando Guerrero derribó a Arrieta de manera apabullante con una durísima izquierda por sobre su defensa. Arrieta se puso de pie de inmediato pero sus piernas no mostraban resistencia y sus ojos se mostraban perdidos. El réferi Jay Nady dudó por un momento y luego se abstuvo de detener el pleito ahí mismo, a pesar de que la situación lo ameritaba. Tras una seguidilla de un par de manos más, Arrieta se abalanzó sobre Guerrero para aferrarse a su cuerpo y no caer, pero el intento fue en vano. El árbitro los separó y de inmediato decretó el final del pleito ante la ligera y desapasionada protesta de Arrieta, que regresa a su Argentina natal habiendo hecho un trabajo respetable, parcialmente gracias al excelente trabajo de su esquina, compuesta por Oscar Chololo Larios y Edison Reynoso, entrenadores del juvenil prospecto mexicano Saúl Canelo Álvarez.
"Me sentí muy bien. Quise lograr varios rounds de pelea, trabajé bien mi jab y lo pude noquear", dijo Guerrero tras su victoria, la 18va de su carrera por la vía rápida. "Creo que hice una gran declaración de poder en las 135 libras, y ahora quiero al ganador de la pelea entre Márquez y Díaz", afirmó, en relación a la revancha de la pelea del año 2009 que será anunciada formalmente en conferencia de prensa el día de mañana como parte de los eventos de prensa de la pelea entre Mosley y Mayweather.
Consultado sobre el impacto de esta victoria en su estado de ánimo en el momento tan particular que está pasando en su vida personal, Guerrero dijo que lo suyo no es nada comparado con lo que atraviesa su esposa. "Esto significa mucho para mí", afirmó un emocionado Guerrero, "porque la pelea de Casey es por su vida. Yo solamente salí y me divertí un rato".

El resto de la cartelera produjo los siguientes resultados:
En el segundo combate de su prometedora carrera, el ex estelar boxeador amateur angelino Frankie Gómez (2-0, 2 KO) envió una reconfortante señal de confianza a su empresa Golden Boy Promotions, que lo ha firmado recientemente y ha prometido transformarlo en el próximo niño mimado del boxeo mexico-americano. Una fuerte izquierda envió a su atribulado rival Ricardo Malfavón de bruces a las lonas a mediados del segundo asalto, y el resto fue cuestión de tiempo. Gómez arremetió con furia sobre su oponente y forzó casi de inmediato la detención del pleito por parte del árbitro Russel Mora. Gómez es una gran promesa que probablemente deberá combatir en un peso menor al que acusó esta noche (140 libras) si es que quiere tener algo de éxito con su escasa altura y su voluminoso marco físico.
El invicto local Toddy Junior (2-0-1 ) empató con René Torres (1-0-1 ), oriundo de Los Ángeles, en un combate a cuatro asaltos en el peso ligero junior. Una tarjeta favoreció por dos puntos a Torres y las otras dos marcaron empate en 38 puntos por lado.
Abner Cotto (Caguas, Puerto Rico, 7-0, 4 KO), primo de los notables púgiles boricuas Miguel y José Miguel Cotto, venció por decisión unánime al californiano Juan Sandoval (1-3, 1 KO) con tarjetas de 40-36 (tres veces) en el combate inicial de la velada en la categoría de peso ligero.

IMÁGENES DEL PESAJE DE LA SÚPER PELEA

ENLACES PARA LOS CUATRO DOCUMENTALES DE 24/7 MAYWEATHER VS. MOSLEY, DE HBO



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Episodio 2 - http://www.megaupload.com/?d=VDONV495
Episodio 3 - http://www.megaupload.com/?d=4HQFD36Q
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EL PESAJE, SIN INCIDENCIAS




Diego Morilla

Aún para un espectáculo gratuito, el pesaje de un gran combate en Las Vegas es probablemente el espectáculo más corto, menos significativo y de mayor audiencia del mundo.
Por apenas unos pocos minutos, miles de personas hacen largas filas para presentarse en un enorme estadio (esta vez, el MGM Grand, donde se realizará el combate de este sábado) para presenciar un evento meramente protocolar, pero que tiene la particularidad de ponerle rostro y presencia a lo que se viene. Y lo que se viene, en este caso, es un choque al todo o nada a 12 asaltos en el peso welter entre Sugar Shane Mosley y Floyd Money Mayweather, que determinará el nombre del mejor welter de esta generación entre todos aquellos que no se llamen Manny ni se apelliden Pacquiao.
André Berto, Juan Manuel Márquez, Joe Calzaghe, Ricky Hatton (presentado como Micky Hatton por Buffer, en un raro error del siempre efectivo presentador), Thomas Hearns, Marco Antonio Barrera (quien se encontraba presente y fue llamado al escenario, pero curiosamente no subió) y otros grandes boxeadores de todos los tiempos fueron subiendo al escenario mientras se esperaba el demorado arribo de los boxeadores estelares. Luego de una breve espera, Shane Mosley hizo su llegada y acusó 147 libras en la báscula (peso reglamentario de la pelea) mientras que Mayweather hizo lo propio en 146 libras, como acentuando el hecho de que no tuvo problemas en cumplir con el peso reglamentario a pesar de haber ganado campeonatos en una división superior.
El público se mostró dividido casi en partes iguales en lo que hace a favoritismos. Los pedidos de apoyo para uno y otro boxeador resultaron en griteríos y abucheos mezclados pero con composiciones muy similares para cada uno de ellos. Las predicciones de actores, deportistas, expertos de boxeo y personalidades de toda laya se multiplican, y hay una creciente inclinación (casi una ansiedad) por elegir a Mosley como ganador, aún cuando no sea lo que el cerebro dicta.
En las pantallas de todo el estadio (y hay cientos de ellas, distribuidas en todo el lugar) se suceden las repeticiones de escenas destacadas de los combates de ambos púgiles, muchas de ellas en cámara lenta. En todos los casos, la impresionante velocidad de Mayweather sale a relucir, y la imparable energía de Mosley (sobre todo cuando siente lastimado a su oponente) salta de la pantalla y nos pide cambiar la apuesta hacia su lado. Ese es el sentimiento que parece inundar, a horas del evento principal, a los miles de fanáticos que aguantan la respiración en todo el mundo esperando este combate auténticamente soñado, de implicancias que trascienden el combate mismo.
Se rumorea que este combate será el más taquillero de toda la historia exceptuando el peso pesado, y de imponerse Mayweather seguramente todos los caminos llevarán a un combate que sin duda romperá todos los récords posibles de audiencia en vivo, en televisión y en taquilla por todo concepto. Estamos hablando del demorado pero inevitable choque entre Mayweather y Manny Pacquiao, un choque que seguramente tendrá en vilo al mundo desde el momento en que se anuncie hasta que suene el campanazo final. Pero ante la posibilidad de un triunfo de Mosley, las perspectivas no son menos atractivas: una trilogía Mosley-Mayweather tendría resonancias históricas extraordinarias y le traería a su triunfador una gloria impensada, además de una riqueza personal inaudita para el mundo del boxeo.
Por ahora, solo resta esperar que cada gramo acusado en la báscula del MGM se ponga al servicio de un combate sin cuartel en la noche del 1ro de mayo, y que quien resulte con la mano levantada al finalizar el pleito sepa transformar esa victoria en un trampolín hacia mayores retos y aún mayores logros.