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Muhammad Ali, el más grandioso boxeador de la historia, acudió ayer, emocionado, al funeral de Joe Frazier, el hombre que el 8 de marzo de 1971 rompió su imbatibilidad y con el que protagonizó tres combates históricos y dramáticos. Las exequias se celebraron en la Enon Tabernacle, una iglesia baptista de Filadelfia, la ciudad en la que Smokin Frazier falleció el lunes de la semana pasada, en un hospital de enfermos terminales, a causa de un cáncer de hígado.
Entre los asistentes también estaba el reverendo Jesse Jackson. Al funeral asistieron centenares de personas, que expresaron su reconocimiento a uno de los boxeadores míticos de los pesos pesados. Su situación económica se había convertido en los últimos años en muy precaria. Floyd Mayweather y George Foreman se han ofrecido para pagar los gastos del funeral.
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