domingo, 4 de diciembre de 2011

LA TRANSFORMACIÓN FÍSICA DE MIGUEL COTTO



Noel Piñeiro Planas


Detrás del drama del triunfo del puertorriqueño Miguel Cotto sobre el su némesis mexicano Antonio Margarito hubo otra importante historia. Fue aquella que provocó la transformación del campeón súperwelter de la Asociación Mundial de Boxeo a un peleador apasionado y con una condición física envidiable.
Obviamente la pasión estaba en su más alto nivel debido al nivel de intensidad con el cual Cotto quería vengar su primer revés profesional; aquel que ante los ojos de muchos expertos estuvo manchado por el sospechable uso de un vendaje ilegal en las manos de Margarito.
La suprema condición física de Cotto, por su parte, tuvo un responsable total: su nuevo entrenador, el cubano Pedro Luis Díaz.
Elegido como sustituto del legendario entrenador Emanuel Stewart, Díaz preparó a Cotto con unas innovadoras estrategias para poder llevarlo a presentarse sobre el ring como un especialista de movimientos y sobre todo con la capacidad cardiovascular para poder desplazarse casi durante toda la pelea como manera de defensa y ataque contra el Tornado de Tijuana.
"El cerebro es el que dirige al cuerpo y las cuerdas fueron uno de los errores de Cotto en la primer pelea. Cotto no sabía agarrar y no sabía trabajar de media para corta. Así que en preparación para esta pelea hicimos un trabajo de media para larga y otra de larga para corta. Trabajamos a Cotto sobre la base de un peleador circular. Y sobre eso aplicamos la táctica. Sabíamos que Margarito y todos los boxeadores mexicanos - - regularmente el 90% - - son peleadores fuerte y van adelante. Por eso hay que saberle mover las piernas y trabajarle circular", evaluó Díaz sobre la estrategia que estableció para el combate y Cotto siguió al pie de la letra para poder alzarse con una victoria por nocaut técnico antes de que iniciara el décimo asalto debido a que los médicos no permitieron a Margarito seguir peleando.
Por muchos años evaluado como un gran boxeador técnico, Cotto mostró lo mejor de eso junto a un aguerrido ataque. Pocas veces antes se vio así. Quizás solo ante Sugar Shane Mosley. Pero ni aún bajo la tutela de Stewart se mostró tan certero y con tanta estámina.


Cotto había vaticinado que su presentación sería así de sólida. Y la razón el trabajo que realizó bajo las órdenes de Díaz, un ex entrenador de la selección nacional de boxeo de Cuba, quien posee un doctorado sobre la ciencia del ejercicio de la Universidad del Deporte en La Habana, Cuba, y ha escrito varias tésis sobre la planificación y el control en la preparación de un atleta.
Luciendo en la mejor condición que se le ha visto en años, Cotto casi toreo a Margarito todo el combate. Solo en dos ocasiones, una en el tercer asalto y otra en el sexto, el boricua se paró frente a Margarito para intercambiar golpes pero con su rapidez y certeridad dominó esos episodios. En el proceso, el púgil uso todo tipo de golpe. Jabs, úpers, ganchos al cuerpo y al rostro. Y en defensa todo tipo de capacidad. Movió su torso hacia arriba, abajo y hacia atrás. Distinto a la primera pelea y otras peleas suyas, supo agarrar a su rival cuando éste pretendía acorralarlo, y lo empujaba para sacarlo de su frente.
"Cotto uso hoy ambas manos y todos los golpes. Y trabajó todas las distancias. Pienso que en dos meses es difícil cambiar a un boxeador. Y considero que lo que hicimos solamente fue tomar lo bueno que ya le han hecho los demás entrenadores que han trabajado con él, y aplicarle un poquito de inteligencia", dijo Díaz, quien realizó una preparación científica para conocer el nivel de exigencia que le podía demandar a su peleador en cada sesión de entrenamiento.
Así las cosas, Díaz considera que Cotto pudo demostrar lo mejor de él el sábado en la noche.
"Esta fue una gran oportunidad para que Cotto le demostrara al mundo la clase de campeón que es. Estaba tan bien trabajado que en la esquina varias veces tuve que decirle que se mantuviera en la estrategia trazada. A veces el exceso de confianza puede ser peligroso. Y por eso varias veces se puso a intercambiar con Margarito", dijo Díaz.
"Pero vimos a un boxeador técnico, rápido, que combinó todo tipo de golpes y trabajó las tres distancias. Demostró que es un excelente atleta y trabajó magistralmente para evitar las cuerdas.
Margarito no pudo ni nunca va a poder [volver a acorralarlo]. Ni Margarito ni muchos que vengan", agregó Díaz, quien ciertamente también debe haberse establecido ayer como uno de los entrenadores más llamativos de la época.
No obstante eso, el ex entrenador de la mejor selección aficionada del mundo y quien en el 2007 se mudó a Canadá al recibir permiso en su patria, es decir, no salió como desertor, considera que el trabajo alcanzado el sábado no fue un logro puramente suyo.
"Pienso que no he logrado nada. Fue el trabajo de un equipo donde todo el mundo puso su granito de arena. Nosotros lo que hacemos es simplemente organizar el plan de entrenamiento técnico-táctico apoyado en los videos. Vi las últimas 10 peleas de Margarito y las de Cotto y sobre eso trabajamos", precisó Díaz, quien quiso salir de Cuba para poder sumar a su resume y conocimientos las destrezas que implementan los entrenadores profesionales.
Por último, Díaz lamentó que la pelea fuera detenida de la manera que se detuvo.
"Me hubiera gustado que lo dejaran seguir. Aunque él no iba a llegar a los 12 rounds", destacó.

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