viernes, 1 de abril de 2011

121.000 ESPECTADORES VIERON "BOXEO DE LEYENDA" Y ESTA NOCHE VELADA EN DIRECTO DESDE EL PRAT DE LLOBREGAT


"Boxeo de Leyenda" de ayer jueves día 31 de marzo registró un share del 0,7% y 121.000 espectadores que siguieron entre otros, el combate entre Shane Mosley y Antonio Margarito. Esta noche, la Velada desde el Prat de Llobregat con la pelea estelar entre Jesús Gª Escalona y Ángel Hugo "Tren" Ramírez.

MURIÓ EL LEGENDARIO GIL CLANCY



Dan Rafael

Gil Clancy, el entrenador y representante miembro del Salón de la Fama Internacional de Boxeo, falleció el jueves. Clancy tenía 88 años.
Clancy, que murió en una casa de asistencia para personas de edad en Lynbrook, N.Y., era maestro cuando empezó a entrenar a peleadores amateurs al final del día escolar en su barrio de Queens, N.Y. Eventualmente, se convertiría en uno de los entrenadores y representantes más importantes en el boxeo profesional.
A pesar de ser más conocido por manejar la carrera de su colega del Salón de la Fama Emile Griffith, el ex campeón welter y mediano en los años ´60, Clancy trabajó con muchos otros campeones y contendientes.
El primer peleador de nombre con el que Clancy trabajó fue el contendiente de peso mediano Ralph Tiger Jones. Pero también tuvo al campeón mediano Rodrigo Valdés, al contendiente pesado Jerry Quarry y a George Foreman desde que perdió ante Muhammad Ali hasta que se retiró del boxeo.
Su lista de peleadores con los que trabajó incluye también a Ali, el campeón pesado Joe Frazier, el contendiente pesado Gerry Cooney, al campeón ligero Ken Buchanan, el campeón pluma Juan La Porte y el campeón welter Oscar De La Hoya.
Clancy fue nombrado Representante del Año en dos ocasiones por la Asociación Estadounidense de Periodistas de Boxeo (BWAA), en 1967 y 1973. Clancy también trabajó como armador de peleas para el Madison Square Garden entre 1978 y 1981.
Sin embargo, millones de personas conocieron a Clancy por su trabajo como analista de las transmisiones de boxeo de la cadena CBS en los ´80 y ´90, cuando hizo pareja con Tim Ryan. Clancy también relató peleas para las cadenas MSG y HBO.
En 1983, la BWAA le entregó el Premio Sam Taub por su Estelar Carrera en el Periodismo Televisivo. Fue elegido al Salón de la Fama Internacional de Boxeo en Canastota, N.Y. en 1993.
"Gil Clancy fue una de las grandes mentes en el boxeo", dijo el director ejecutivo del Salón de la Fama Edward Brophy. "Como entrenador y representante fue muy respetado por sus colegas. El Salón de la Fama se entristece por la pérdida de nuestro amigo".
A Clancy le sobreviven cinco hijos y muchos nietos y bisnietos. Su esposa, Nancy, falleció hace 16 meses.

IVÁN CALDERÓN ES AHORA RETADOR


ESPN.com


Las segundas oportunidades, como regla de la vida, son escasas en todos los órdenes. El boxeo no es la excepción, y más aún cuando el éxito es la norma y el fracaso apenas una opción lejana. Pero el fracaso llega inexorablemente, y es ahí cuando la oportunidad redentora de la revancha surge en el horizonte. La redención es solo una cara de la moneda. Los nombres de grandes púgiles que fueron perdieron su boleto de ida al Salón de la Fama por no haber estado a la altura de un desafío (y de la correspondiente revancha) hacia el final de sus carreras componen una larga lista, en contrapartida a la corta lista de boxeadores que supieron superar a algún rival complicado en la segunda chance (y a menudo en una tercera) para luego cimentar su lugar en el panteón de los grandes. El hecho de que esta segunda lista sea corta e incluya a nombres como Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard y Manny Pacquiao entre muchos otros, es indicativo del enorme poder superador que conlleva una revancha exitosa o un par de victorias en el ámbito de una trilogía.
Y ese es el desafío que le ocupa al puertorriqueño Iván Calderón, precedido hoy apenas por su gentilicio y ya no por la palabra "campeón" que durante los últimos ocho años se anteponía automáticamente a su nombre, casi sin tener que pensarlo. Y es que el Iron Boy peleará este sábado por primera vez en ocho años sin vestir una faja de monarca mundial en su camino hacia el ring, y deberá sumar a eso el oprobio de ver a su rival y único verdugo hasta la fecha, el mexicano Giovani Segura, vistiendo ese mismo emblema sobre su cintura.

"Aunque yo tenga mi título siempre he peleado como si yo fuese el retador" afirma Calderón (34-1-1, 6 KOs), durante una conferencia telefónica desde el hotel de la ciudad de Mexicali, donde estará enfrentando a Segura (26-1-1, 22 KOs) este próximo sábado. "Vengo a hacer el trabajo normal que es igual para defender que para conquistar el título, porque aunque sea campeón de todos modos hay que hacer ese mismo trabajo y pelear como si uno fuera el retador para mantenerme como campeón. No importa tener la ventaja de ser campeón, porque cuando uno pierde, uno pierde. Hay que hacer el mismo tren de pelea siendo o no siendo campeón".
La preparación para el combate fue una preocupación desde el primer momento, teniendo en cuenta que el primer pleito, llevado a cabo en Puerto Rico en noviembre pasado, no mostró al mismo Calderón que deslumbró con su boxeo y arrasó con las divisiones más pequeñas del pugilismo rentado desde su mismo debut en el profesionalismo. "He venido muy bien preparado porque sé que va a ser una pelea aguerrida, igual a la primera, y por eso he venido en mis mejores condiciones. Estoy finalizando el entrenamiento aquí en México, y nos están tratando muy bien. Ya estoy en el peso, y ayer hice un entrenamiento abierto para el público. Todo mi entrenamiento fuerte fue en Puerto Rico, aquí simplemente vine para mantenerme suelto y dar los últimos toques para mantener el cuerpo andando", afirma el campeón, sin olvidarse de remarcar que la diferencia entre su anterior actuación y la que viene será abismal, según sus propias palabras.
“ yo he pasado por esta experiencia de ir a pelear a otros países como Colombia, a Estados Unidos y otros lugares a buscar rivales. En Puerto Rico es donde más he peleado porque ahí es donde mejor me pagan.
” -- Iván Calderón
"¡No, para nada! ¡No fue ni una cuarta parte de lo que yo puedo hacer!", exclama Calderón cuando se le consulta sobre su actuación pasada y sobre si ése fue el máximo nivel que él puede rendir en un cuadrilátero a esta altura de su carrera. "Todo el mundo que me conoce sabe que ése no fue el Iván que todos conocen, el que le ganó a Hugo Cázares, al Nene Sánchez y tantos otros. Jamás y nunca fui el mismo en esa pelea. Desde el primer round ya la gente vio que no pude hacer mi tren de pelea, y cuando empecé a caer en el tren de pelea de él ya empezó a verse la pelea apretada y más difícil".
Llorar ante la tragedia consumada no es buena estrategia para nadie, y menos para un boxeador concentrado en recuperar su sitial de monarca mundial. Lo más sensato en este caso es armarse de un plan idóneo y a la altura de las circunstancias, y Calderón cree tenerlo.

"Mejorar mis movimientos de piernas, mi manera de esquivar golpes, y llevar mi boxeo como siempre lo he llevado, para llevar al oponente a mi tren de pelea sin caer yo en el suyo", enumera el zurdo Calderón, considerado uno de los mejores boxeadores puros del boxeo actual. "Estar más vivo en cuestiones de movimiento, y ser el Iván que todo el mundo conoce, esperando el momento adecuado para ser agresivo como ya yo lo sé hacer, y estar más pendiente para bloquear los golpes abajo".
Los "golpes abajo" a los que se refiere Calderón no son los golpes ilegales aplicados por debajo de la línea de cintura, sino más bien los que se conectan en la zona hepática y torácica, que tanto daño le hicieron en el combate anterior y que serán seguramente un factor de cuidado también en la revancha.
"Yo sé que ese es el trabajo que él tiene que hacer para poder ganarme a mí. Ir al cuerpo y tratar de poner la misma presión. Pero si se dedica a tratar de buscarme y pelear round por round conmigo se las va a ver bien difícil", asevera Calderón, que también parece preocuparse por la posibilidad de que su rival le cause una lesión o corte que lo obligue a dejar el resultado del combate en manos de los jueces de manera temprana. "Eso es algo que siempre preocupa, porque puede llegar en cualquier momento. Es algo inevitable recibir un cabezazo o un codazo. Es algo que como atleta uno tiene que estar preparado para lo que venga y tratar de ganar los asaltos desde el principio por si acaso llega un cabezazo o una herida. La preocupación de uno es que le hagan una herida grande, y eso ya de por sí es una derrota".
A pesar de que Segura mostró un gran boxeo y una gran estrategia sobre el ensogado, Calderón siente que hay espacio todavía para mejorar, y se prepara para los ajustes que el actual campeón de origen mexicano pueda estar brindándole en este segundo encuentro. "El ajuste que puede hacer es que tenga más aire que la primera vez, porque ya en la primera pelea se estaba quedando pero tomó un segundo aire y se recuperó cuando vio que me lastimó, pero puede ser que venga en mejor condición porque él sabe que va a tener que tirar muchos golpes para poder llevarse la pelea esta vez", indica Calderón, que estará peleando como visitante en un lugar completamente hostil por primera vez en muchísimo tiempo, aunque no planea que eso lo afecte tampoco.
"Bueno, no le resultó tan difícil porque no peleó con el Iván Calderón que todo el mundo acostumbra a ver", indica Calderón, frente a la consulta sobre lo relativamente inmune que se vio Segura ante el ruidoso apoyo recibido por Calderón en la primera reyerta, que se realizara en la ciudad natal del por entonces campeón en la isla de Puerto Rico. "Pero si hubiese sido el Iván Calderón de hoy en día, tal como está preparado para esta pelea quizás tú no estarías haciendo el mismo comentario. Pero a mí no me afecta nada ser el que viene a la casa del campeón, porque yo ya estoy acostumbrado a eso como amateur. Ya yo he pasado por esta experiencia de ir a pelear a otros países como Colombia, a Estados Unidos y otros lugares a buscar rivales. En Puerto Rico es donde más he peleado porque ahí es donde mejor me pagan. Por eso es que no he salido mucho de Puerto Rico, no porque no quiera salir, o por miedo a algún oponente, simplemente porque hoy no es negocio para mí".
La contrapartida de esa noción, perfectamente válida, es que la comodidad de Calderón de pelear en su tierra le restó posibilidades de enfrentarse a otros grandes nombres de la división que se hicieron fuertes en sus respectivos lares, como el hawaiano-filipino Brian Viloria o el argentino Omar Narváez.
"En lo que hace a los rivales de mi época ya se ha retirado Brian Viloria, que fue uno de los que me ganó mucho como aficionado, y la carrera suya de profesional no le fue tan bien. Pero ahora mismo no tengo rivales de gran renombre porque todos han subido de peso o se han retirado, por eso no tengo en mente a esa gente. Siempre he querido pelear con Solís cuando era campeón, pero ya no es el mismo nivel de boxeador que era antes, porque ya tiene varias derrotas y no es el mismo peleador que solía ser y no es tan buen negocio como para nosotros" afirma Calderón, que a pesar de haber compartido con esos y otros grandes boxeadores su paso por el amateurismo, es considerablemente mayor con sus 36 años que muchos de esos rivales que nombra. Eterno optimista, Calderón evalúa su mayor edad como una ventaja más.
"Lo único que me provoca es deseos de entrenar más fuerte y de dar más en el ring, porque cuando más grande está uno tiene que entrenar el doble o el triple para hacer las peleas que uno quiere hacer", afirma el boricua, quien no tiene reparos en admitir que llegará al combate con la mente abierta y a delinear su estrategia durante el combate mismo.
"Lo principal va a ser estudiar bien la pelea desde que empiece el primer asalto, y saber en el momento adecuado donde meter presión y cómo seguir el tren de pelea. Si estamos ganando cómodos boxeando, pues así nos mantendremos. Si nos ponen presión para que estemos peleando mano a mano y hay que cambiar el plan de pelea, pues así lo haremos. Vamos a estar preparados para lo que haya que hacer".