Julián Burgos As.com
Kiko Martínez, el único campeón de Europa español en la actualidad, pondrá en juego su cetro continental del peso supergallo el próximo viernes. Su rival será el francés Arsen Martirosyan (18-4-0 de récord). El púgil alicantino (25-3-0) ya sabe lo que es ganar al rocoso boxeador galo en un país neutral (Irlanda). Pero esta vez será aún más difícil porque la pelea es en territorio enemigo: Lyon.
Las últimas decisiones arbitrales en contra de los intereses de los boxeadores españoles han hecho a Kiko replantearse la táctica de la pelea. "Yo soy el campeón y eso debería valer para empezar más tranquilo. Pero sé que no puedo ir de esa forma. Voy a salir a demostrar en los 12 asaltos quién es el campeón. Los españoles sabemos que cuando peleamos fuera hay que ganar de calle los 12 asaltos o vencer por KO", explica Kiko, que acredita 18 victorias antes del límite en 25 choques.
El alicantino vio por televisión los recientes combates de sus compañeros Gabriel Campillo y Roberto Santos, en los que las decisiones de los jueces les privaron del Mundial del semipesado y el UE del medio. Y lo tiene muy claro. "Ellos fueron los campeones reales. Ambos se merecieron ganar por bastante diferencia. Fueron robos muy sucios. Esa es la mala suerte que tenemos los españoles: siempre debemos ir a buscarnos las castañas fuera. Eso es lo que suele pasar. Yo voy a intentar que no me ocurra lo que le ha pasado a ellos", comenta.
Kiko está concienciado para tener que pelear contra Martirosyan y ante 10.000 franceses aunque esto último no le preocupa. "Yo estaré encima del ring y seremos uno contra uno. Sé que él se ha entrenado fuerte pero yo lo he hecho más", explica. Además, no cree en la animadversión del país vecino hacia España. "Yo no creo que nos odien, tengo conocidos franceses y nos aprecian. Se ha liado todo por los guiñoles. Hacen un humor que a mí no me hace gracia pero lo mismo se meten con los deportistas españoles que con los franceses, como Ribery", argumenta.
Una victoria de Kiko le pondría automáticamente en el número 5 del mundo, una posición única para disputar un Mundial. Su ilusión: pelear con la superestrella filipina Nonito Donaire. "Primero quiero ganar a Martirosyan pero mi ilusión es pelear con los más grandes y Donaire lo es. Además ahora está en mi peso. Yo también quiero ser grande".
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