sábado, 7 de abril de 2012

LEONARD-HAGLER, 25 AÑOS DESPUÉS



Richard Fletcher
ESPN.com

Era un poco antes de las 8:00 p.m. el 6 de abril de 1987 cuando Sugar Ray Leonard comenzó a caminar hacia el ring al aire libre en el Caesar's Palace en Las Vegas, para enfrentar el momento de la verdad ante Marvelous Marvin Hagler.
Y para la mayoría de los presentes, podría ir camino hacia la guillotina. Con Leonard habiendo peleado sólo una vez en cinco años y tras haberse sometido a una operación en el ojo, la lógica indicaba que era una pelea que no podría ganar.
Eso podría haber sido una apuesta segura si se tratara de otro hombre en la pelea que no fuera Leonard. Poco más de una hora después, se había concretado uno de los regresos más increíbles en el boxeo.
Leonard bailó y boxeo su camino hacia una victoria muy disputada por decisión dividida en 12 rounds, capturando el campeonato de peso mediano y consiguiendo un lugar entre los mejores de la historia.
Hagler ya tenía asegurado su lugar, pero eso ya no importaba. En sus ojos, había sido robado del título por su polo opuesto, un boxeador adorado por la prensa que había llegado al estrellato tras la gloria Olímpica, mientras Hagler tuvo que pelear por cada momento de reconocimiento en su carrera.
El viernes de cumplió el 25º aniversario de la pelea que definió la última era dorada del deporte; y la carrera de ambos boxeadores.
Leonard peleó por otros 10 años, pero nunca llegó al mismo nivel otra vez, eventualmente retirándose a los 40 años de edad. Para Hagler, la derrota ante Leonard fue demasiado para digerir. Lastimado y desilucionado, nunca más peleó, retirándose tan sólo un año después.
Dos años antes, en abril de 1985, Hagler había prevalecido en una guerra de tres rounds con Thomas Hearns, en una de las más sensacionales peleas de la era moderna. A pesar del dramático final, la pelea con Leonard nunca alcanzó el mismo entusiasmo, sin importar la gran promoción previa que sobrepasó a cualquiera de las peleas anteriores.
"La promoción para el combate fue gigantesca, pero no creo que la pelea cumpliera las expectativas", dijo Richard Steele, el réferi de esa pelea y de la de Hagler-Hearns. "No hubo suficiente acción".
Eso fue porque Leonard, el más pequeño de los dos, mantuvo la pelea a distancia. Se movió alrededor del ring y no se quedó quieto lo suficiente como para que Hagler hiciera algun daño. De vez en cuando, Leonard se paraba, plantaba sus pies y le daba a Hagler una lluvia de golpes, atrapando la atención de los jueces, mientras que el campeón tenía problemas para imponerse.
Hagler, un zurdo natural, misteriosamente comenzó la pelea en guardia ortodoxa y trató de boxear con Leonard en los primeros cuatro rounds. Pero Hagler quedó atrás en las tarjetas, y a pesar de mejorar en la parte final, nunca pareció poder poner a Leonard fuera de combate.

"No fue lo que el público esperaba", dijo Steele, ahora entrenador en Las Vegas a los 68 años de edad. "Hagler estaba tratando de boxear. En vez de hacer lo que lo habá llevado a ese momento y usar el estilo que le ganó su reputación, intentó algo nuevo. Eso lo complicó", dijo Steele.
"Fue una pelea pareja, pero Leonard ganó. Como lo he dicho en televisión muchas veces, y cuando miro la pelea [otra vez], se empareja más y más. Pero se la doy a Leonard. Él hizo más que Hagler".
Dos jueces estuvieron en lados opuestos, con tarjetas de 115-113, mientras que el tercero, JoJo Guerra, la tuvo en forma increíble 118-110 para Leonard, dándole a Hagler sólo dos de los 12 rounds. En una encuesta con los reporteros de periódicos estadounidenses en ringside, seis fueron a favor de Leonard, cuatro con Hagler y tres tuvieron la pelea como empate.
"Pensé que Hagler lo iba a noquear", admitió Steele. "Cada vez que sonaba la campana [para terminar el round], me decía a mi mismo, 'creo que lo va a hacer en el próximo round'. Pero el próximo round nunca sucedió. Leonard lo tenía confundido. Para cuando [Hagler] se puso más agresivo, y volvió a su estilo, ya era muy tarde".
La pelea fue vista por una multitud de 15,336 aficionados, con 12,379 que pagaron entrada para un total de $6.2 millones. Millones más vieron la pelea en circuito cerrado, con Hagler llevándose una bolsa de $12 millones y Leonard una de $11 millones, de acuerdo a cifras entregadas por la Comisión Atlética del Estado de Nevada.
El veterano analisa de HBO Larry Merchant, que trabajó en la transmisión de circuito cerrado para Estados Unidos, dijo que la pelea, "fue una de las que marcaron la época", refiriéndose a los '80, cuando Leonard, Hagler, Hearns y el panameño Roberto Durán, pelearon al menos una vez entre ellos, en lo que parecía ser una serie interminable de clásicas peleas.
"Hagler y Leonard, de la forma que fue y la forma en que pelearon, fue la cima de esa serie de peleas eliminatorias", dijo Merchand.
"La presión de Hagler previo a la pelea me pareció fascinante, en gran parte porque Hagler estaba consumido por la confusión, y en parte por los celos hacia Leonard, que era el peleador más popular. Parecía que Hagler siempre estaba peleando contra la sombra de Leonard", dijo Merchand.
"Leonard había sido el sucesor de [Muhammad] Ali, el mejor y más famoso peleador del planeta. Hagler había dicho en varias ocasiones lo mucho que quería demostrar que era tan buen artista del ring como Leonard. Él decidió boxear mejor que el boxeador. Empezó en los primeros rounds peleando en forma convencional, y eso posiblemente terminó costándole la pelea".
Una revancha podría haber sido más lucrativa para ambos peleadores, pero no se pudo hacer y Hagler se retiró definitivamente, señalando el final de una de las rivalidad más grandes en el deporte.

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