martes, 8 de mayo de 2012

COTTO LO INTENTÓ, PERO MAYWEATHER GANÓ




ESPNdeportes.com

Los análisis previos de la pelea del sábado entre Miguel Cotto y Floyd Mayweather Jr. se basaron parcialmente en sus personalidades contrastantes y sus estilos disímiles sobre el ring, pero en parte también se utilizaron cifras y estadísticas comparativas entre cada uno para ilustrar sus respectivas probabilidades de triunfo.
Pero finalmente, los puntos de diferencia que terminaron existiendo entre ambos fueron apenas cinco. Son los puntos que distan entre 26 y 21, que son a su vez los porcentajes de aciertos de golpes que ambos tuvieron en su esperado enfrentamiento, en el cual Mayweather (43-0, 26 KOs) se impuso por fallo unánime para arrebatarle a Cotto (37-3, 30 KOs) el título mediano Jr. de la Asociación Mundial de Boxeo por tarjetas de 117-111 (dos veces) y una ridícula 118-110.
En nuestro chat semanal yo había señalad que "creo que Mayweather debería imponerse por puntos en una pelea más pareja de lo esperado". Admito hoy en retrospectiva, y aún a pesar de arruinar el efecto positivo de ese acierto, que hice esa predicción como una mezcla de análisis serio y expresión de deseo. Ya éramos muchos los que admirábamos igualmente a Cotto y a Mayweather como para ansiar un combate competitivo y emocionante de parte de ambos, y últimamente nuestros ruegos caían en oídos sordos. Afortunadamente, tuve la buena estrella de acertar el pronóstico y también de cumplir con mi humilde anhelo, porque Cotto y Mayweather nos regalaron un choque emocionante, parejo, de desarrollo activo y lleno de acción.
Testimonio de eso es, como recordaremos, la diferencia entre los 26 puntos porcentuales de aciertos por parte de Mayweather (179 golpes acertados de 687 lanzados) contra los 21 puntos porcentuales de Cotto (105 de 506 golpes), según la empresa CompuBox, encargada de medir esta estadística durante más de 20 años, en los cuales han contabilizado más de 4000 peleas.
Según CompuBox, la tasa promedio de conexión de Mayweather es usualmente de un enorme 46 por ciento, compilada durante sus últimas nueve peleas, lo cual lo clasifica entre los mejores peleadores activos. Y en el otro extremo del espectro está la espectacular defensa de Mayweather, que tiene por resultado un total acumulado de apenas 16 por ciento de golpes recibidos en ese mismo segmento de análisis, lo cual constituye la cifra colectiva más baja en la base de datos de la empresa de estadísticas del boxeo y una brecha insalvable entre defensa y ataque, enormemente superior a la de cualquier peleador actual.
Pero en esta ocasión, Mayweather y Cotto se dieron y recibieron de forma bastante pareja, aunque muchos asaltos fueron contabilizados muy claramente para El Pretty Boy, y los restantes (tercero, sexto, octavo y noveno, en mi tarjeta personal de 116-112) fueron anotados con cierto esfuerzo y por efecto casi acumulativo para Cotto. El boricua ganó los tres o cuatro asaltos que se le adjudicaron en las tarjetas con notable esfuerzo y arrinconando a Floyd para limitar su salida hacia el movimiento lateral que tan bien utiliza. Durante sus mejores pasajes, Cotto fue un maestro a la hora de cortar el ring y achicar espacios, una mejora que le adjudicaremos a su técnico Pedro Díaz, brillante estratega y de gran dominio técnico.
Pero cuando Mayweather decidió arremeter con todo hacia el final del combate, sus andanadas de golpes relampagueantes fueron demasiado para un Cotto que nunca fue particularmente veloz pero que en esta ocasión supo defenderse lo suficientemente bien como para limitar a su oponente al nivel de conexiones de golpes más bajo de su historia reciente. Y a su vez, Cotto conectó sobre Mayweather un porcentaje de puños superior a la gran mayoría de sus rivales recientes. Y lo hizo luciendo firme, sólido sobre el ring, sin fisuras en su movilidad y su ataque aunque con varias limitaciones en su defensa (que siempre fue su punto débil).
De todos modos, lucir ligeramente complicado en la defensa ante un púgil velocísimo como Mayweather no es nada de qué avergonzarse. Y el hecho de haber puesto a Mayweather a probar su propia sangre con una herida en la nariz a mediados del pleito deberá ser un aliciente a la hora de considerar la gran labor de Cotto, que sin lucir tan aguerrido como luciera ante Pacquiao ni tan decidido a jugarse por la victoria como lo hiciera ante Margarito, lució en su mejor forma en años, y se mostró listo para continuar su carrera con grandes posibilidades de triunfo ante peleadores que no se llamen ni Mayweather ni Pacquiao.
Mayweather impuso su tremendo ritmo de pelea y su distancia con facilidad desde el inicio, pero ya para el tercer asalto la presión de Cotto comenzó a rendir dividendos. La diferencia se dejó ver en el hecho de que Cotto debía exprimir cada gota de su talento y su resto físico para arrebatar esos preciosos momentos de dominio sobre el mejor boxeador del planeta, mientras que Mayweather dominaba sus rounds con una enorme diferencia en lo que hace a golpes claros y crujientes. Si cada asalto hubiese sido una carrera pedestre, Cotto hubiese triunfado en los tres o cuatro asaltos llegando a la meta agitado y al borde de sus fuerzas, con un centímetro de ventaja, mientras que Floyd hubiese dominado sus asaltos al trote, cruzando la línea sin amenaza alguna detrás suyo.
Pero ni siquiera esa disparidad (que se hizo obvia en el tramo inicial y en los últimos dos rounds) alcanza para opacar la labor de un Cotto al que muchos proponían como el perdedor en las apuestas por márgenes de 4 a 1. Cotto no estuvo ni 4 ni 3 ni 2 a 1 abajo de Floyd en esta pelea. Su rendimiento fue digno de sus mejores años, y lo pone en carrera para desafíos de alto vuelo en el futuro cercano (saludos, Canelo) y quizás incluso en pesos superiores, a juzgar por lo bien que ha lucido en sus dos combates en este peso (teléfono, Maravilla).
Los que queríamos ver a Cotto superando las expectativas y dejando testimonio de su raza de peleador, lo logramos. Quienes deseábamos ver a Mayweather responder bajo presión y verse forzado a ganar el último tramo de un combate para quedarse con la victoria, también salimos satisfechos. Ahora, lo que resta es esperar que ellos sigan haciendo lo que nos mostraron este sábado desde el MGM Grand de Las Vegas: continuar arriesgándolo todo en peleas competitivas y emotivas ante los mejores rivales disponibles.
Eso es, casualmente, todo lo que le pedimos al boxeo. Y hoy, gracias a la entrega de los dos peleadores estelares de la velada, el pedido no resultó demasiado exagerado.

1 comentario:

harry dijo...

Los jueces conceden a Mayweather como golpes todas las ocasiones en que toca a su rival. Vergonzoso.

¿Para qué pelear cuando puedes puntuar?