viernes, 13 de abril de 2012

MÁRQUEZ PELEA POR CONFIANZA


DIEGO MORILLA ESPN.com

Los años se acumulan con diferente ritmo sobre cada boxeador. Cada cuerpo y cada metabolismo es distinto, y la manera que tiene cada físico de absorber golpes no puede ser comparada ni medida en años de vida o de carrera. Cada uno envejece de manera diferente.
Pero eso no quita que uno le dé una mano a ese discurrir natural de los años al ser más cuidadoso y analizar los riesgos cada vez con mayor cuidado. Y en esa etapa se encuentra hoy el gran campeón mexicano Juan Manuel Márquez, un peleador al que muchos daban por acabado hace años pero que sigue demostrando que, a sus 37 años, todavía le queda más de una guerra en el tanque en lo que le reste de vida pugilística.
Márquez (53-6-1, 39 KOs) enfrentará al ucraniano Sergey Fedchenko el próximo sábado, en lo que se espera será un combate de mera preparación ante lo que podría llegar a ser un lucrativo combate ante el ex campeón ligero Brandon Ríos, que compartirá cartel con él en esta emisión desde dos sedes distintas, o ante su esperado cuarto combate con el filipino Manny Pacquiao en meses venideros.
Ante una perspectiva similar, cualquier otro boxeador se guardaría los cartuchos (que a los 37 años de Márquez ya no sobran) para una guerra de mayor valía. Pero Márquez carga con su honestidad y su entrega tanto dentro como fuera del ring, y mezquinarle a sus numerosos fanáticos una chance más de poder verlo pelear es una muestra de egoísmo que el veterano campeón no está dispuesto a mostrar. Y más cuando la presentación en cuestión incluye la primera aparición sobre un ring ante sus paisanos capitalinos en más de 18 años.
Para eso, Márquez eligió a un relativamente desconocido peleador con un récord vistoso y un estilo complicado, pero que seguramente no será desafío para el enorme talento de quien es, hoy por hoy, el mejor boxeador mexicano en actividad. Pero de todos modos, Fedchenko (30-1, 13 KOs) no vendrá mansamente a hacer su pelea de aprendizaje en tierras lejanas y a darse el gusto de treparse al ring con un verdadero gigante, sino que buscará el triunfo por la vía más categórica en lo que seguramente será una oportunidad única para mostrarse ante un público nuevo.
Así las cosas, todo indica que las ventajas están todas del lado del visitante, al menos en lo que hace al balance entre beneficios y perjuicios potenciales. En una reciente entrevista, Márquez planteó su deseo de enfrentar a los mejores en lo que queda de su carrera, y rechazó preliminarmente un posible choque a futuro con Brandon Ríos por ser un peleador que todavía no ha sido consagrado en lo más alto, y por el escaso rédito que le traería un triunfo sobre un boxeador tan poco reconocido. Pero esa misma descripción puede aplicarse a Fedchenko, y aún así Márquez no dudó en aceptar este riesgoso combate (principalmente en lo físico ante la posibilidad latente de una lesión o corte, más que en lo boxístico) que no promete rendirle demasiado en lo económico ni en lo profesional.
La única explicación a la participación de Márquez en esta pelea es quizás su deseo de recuperar energías en un ambiente propicio y donde sienta todo el cariño y el afecto de su gente, para luego encarar el resto de sus desafíos pendientes en los Estados Unidos con las baterías recargadas.
Los años pasados más recientes han sido duros para Márquez, que a pesar de haber logrado resonantes triunfos ante boxeadores como Juan Díaz, Joel Casamayor y Michael Katsidis, ha sufrido dos injustas derrotas ante su enemigo jurado, Pacquiao, en dos memorables ocasiones, y una resonante derrota ante Floyd Mayweather Jr. En esos traspiés, y también en algunas de sus victorias, Márquez ha tenido que acomodar su peso corporal, su elección de la sede del combate y sus exigencias monetarias a los deseos de sus rivales, y seguramente le hará muy bien a su confianza personal el hecho de combatir en un lugar donde todos lo esperan, ante un rival elegido por él y en el peso que más le convenga.
Quizás solamente por eso valga la pena el riesgo de recibir un corte o una lesión que demore sus planes futuros. El impulso anímico que le dará esta pelea al campeón mexicano seguramente resonará más allá de todos los riesgos que pueda involucrar. Sin importar los combates que se le presenten de ahora en más, Márquez tendrá la energía adicional que le dará el apoyo de su gente, un apoyo que ya es incondicional pero que seguramente se palpará claramente en el ambiente de la Arena Ciudad de México este próximo sábado y que lo acompañará durante los duros desafíos que se ha impuesto en este último tramo de su ilustre carrera.