lunes, 19 de agosto de 2013

"OS HE VISTO EN LA TELE, PELLÍZCAME, NO ME LO CREO"


EFE

Kiko Martínez logró en Atlantic City cosas muy importantes al margen de la obvia, vencer de forma contundente a Jonathan Romero y proclamarse campeón del mundo del peso supergallo por la IBF.
Y es que Kiko Martínez enamoró a cualquier televisión que estuviera encendida y sintonizando la HBO. O lo que es lo mismo, en la meca de las grandes veladas y los contratos con muchos ceros.
La preparación mostrada por Kiko fue sobresaliente, tanto en el aspecto físico como en el estudio de su rival. Supo qué hacer en cada momento y cómo realizarlo. Desde el primer asalto Romero supo que iba a pasarlo muy mal. Martínez eliminó la distancia, se plantó en la corta, siempre hacia delante, y soltando un arsenal de golpes, arriba y abajo, sin descanso.
Su sencillez se ganó a los americanos
Se llevó el combate por KO por aniquilación, y se proclamó campeón del mundo. Allí, delante de los ojos de los americanos. Delante de Michael Buffer. «Ha dicho mi nombre, es increíble». Respondiendo a Max Kellerman: «os veo en la tele, pellízcame, no me lo creo» y mandando mensajes rebosantes de modestia y humildad: «Esto es lo máximo, es una fiesta, no me lo puedo creer». Se atrevió hasta a lanzar un nombre: «'Donito', quiero a 'Donito' Donaire».
Nonito retuiteó un mensaje en el que se le reclamaba como rival de Kiko, dando a entender que aceptaría el desafío.
Así se redondeó una noche perfecta para el boxeo español. La humildad de Kiko Martínez (le dijo a Maravilla en Intereconomía: «gracias, por todo, gracias a ti mi familia vivirá mañana un poco mejor») conquistó los corazones de los americanos, y su boxeo el título mundial. Cóctel perfecto para triunfar en la meca del boxeo, Estados Unidos, y en la casa de la meca, la HBO.